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La poda de árboles, todo un arte que tiene su técnica y sus secretos

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La poda urbana o domiciliaria de árboles es todo un arte y tiene sus secretos. No se trata simplemente de mutilar o ralear las especies dejando sus copas convertidas en espectros. Los meses de abril y mayo son ideales para el corte de ramas, según las especies. Pero recuerde que todo tiene su técnica.


Pedro Gómez Silgueira
Los cortes drásticos en los árboles pueden afectar de manera negativa a las especies, que se pueden secar.
Estamos en la época de podas de árboles, que se extiende durante todo el otoño y parte del invierno. No obstante, esta práctica debe ser selectiva, según las especies de plantas, advierte el Ing. Agron. Germán González Zalema, encargado del vivero de plantas medicinales del Jardín Botánico de Asunción.

Una norma básica es que para los árboles de crecimiento lento y los caducifolios (que pierden hojas) el momento ideal es cuando terminan de echar todo el follaje. “Para estas especies es muy conveniente esperar que caigan todas las hojas porque es la etapa de reposo del vegetal y el corte no le afecta negativamente. Por el contrario, será de ayuda”, precisó.

Para las plantas de hojas perennes y de crecimiento no tan acelerado, la poda también puede ser practicada ya. Sin embargo, hay que tener en cuenta el tipo de poda que se le haga, puesto que todavía no se viene el frío. Esto significa que si se lo hace en estos días frescos y luego viene un intenso calor brotarán rápidamente y cuando vengan las heladas se quemarán todos los brotes, lo cual les afectará.

Existen también diversos tipos de podas, dice el Ing. Zalema. Por ejemplo, los cortes para el levantamiento de copas se pueden hacer incluso en época de calor porque las heridas cicatrizan muy rápido.

Este tipo de poda en árboles de crecimiento rápido también puede complicar porque, como estas especies producen maderas blandas, cuando hace frío es lenta la reposición fisiológica. Obviamente esto hace que fácilmente ingresen hongos y bacterias que dañan el tallo de la planta y las ramas expuestas.

En frutales

En los frutales, dice el Ing. Germán González, existe un sistema de poda para cada especie. Por ejemplo, puede ser de fructificación, espaciado de ramas e incluso poda de frutos, cuando hay que sacarle un porcentaje para no encorvar las ramas o para que la fruta crezca mejor y sea más saludable: “En el caso de la vid se poda en julio porque allí está bien dormida la planta”.

A criterio del especialista, la poda en sí implica un poco una suerte de “mutilar” el árbol y requiere de curas.

En las especies de madera dura no hay problemas para los cortes, siempre y cuando se haga un buen tratamiento con una pasta de cal con sulfato de cobre (la proporción debe ser de 3 partes por una) que se mezclan bien y se aplican a las “heridas”.

También se puede diluir cualquier fungicida cúprico (de cobre) con aceite de linaza hasta llegar a un color verdoso o azul y con el producto se pintan las partes cortadas, sean plantas medianas, de crecimiento lento o madera dura.

El profesional recuerda que si se procede a la poda de los lapachos, en las calles o en los patios, hay que tener en cuenta que en los próximos dos o tres años siguientes no van a florecer porque necesitarán recuperar todo el vigor para la floración. Tampoco hay que dejar tocones si no se quiere una profusión de brotes que luego arruine la estética de la planta.

Definitivamente en la poda de cualquier árbol cada detalle es importante.

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