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La Virgen del Tozal, guardiana de la belleza de un valle

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La iglesia de San Esteban del Mall precisa de una intervención para evitar su derrumbe total

Cuando el cielo está despejado, la Virgen del Tozal de San Esteban del Mall permite un amplio dominio sobre buena parte de la comarca de la Ribagorza. Al Noreste, se extiende Serraduy, el Isábena y la carretera que une el valle con Campo. Acotando el horizonte, se yergue el Turbón, Cotiella y, más al Norte, el macizo del Posets. Si viramos la mirada, aparece ante nuestros ojos la sierra de Sis, Castanesa, Bonansa y otros pequeños núcleos y aldeas. También podemos contemplar en el Sureste la zona del Noguera-Ribagorzana, con Cajigar y Mont Rebei al fondo.



Myriam MARTÍNEZ

SAN ESTEBAN DEL MALL.- Al Sur, se extienden pueblos como Laguarres, Capella y Graus. A los pies de la Virgen del Tozal, se halla San Esteban del Mall y, casi en frente, Roda de Isábena y el morrón de Güell.

La Virgen del Tozal es una iglesia del Románico avanzado, de finales del siglo XII y principios del XIII, posiblemente obra de algún maestro local, de un buen arquitecto que diseñó una de las construcciones más interesantes e importantes de la zona, por sus dimensiones y calidad de los trabajos. Actualmente, sólo se conserva de ella el muro sur, con las dos puertas de ingreso al edificio muy erosionadas, además de una torre adosada posteriormente, parte del ábside con una ventana en el centro y los restos de la cripta. En el acceso principal quedan los restos de una inscripción, prácticamente ilegible. En su entorno crece el pino, la sabina rastrera, boj y espliego.

Para acceder a ella hay que llegar a Puebla de Roda por la carretera A-1605 desde Graus y tomar la desviación a Cajigar, a mano derecha. Al principio es una carretera asfaltada, pero más adelante se convierte en una pista. El viajero debe optar por el desvío hacia San Esteban del Mall y, justo antes de introducirse en el pueblo, arranca una pista a la derecha, que bordea las casas hasta llegar a un caserío. A continuación, se puede continuar andando o en todoterreno hasta una casa, donde se iniciará necesariamente el camino a pie. En pocos minutos y tras salvar un desnivel más acusado, se llega a la ermita que, no obstante, se encuentra visible en todo momento.

La ermita se encuentra prácticamente derruida, pero es fácil establecer cuál era su planta, porque todavía se mantiene la esquina de la zona de los pies, en el muro norte. Sus notables proporciones revelan que se trataba de una iglesia potente. La piedra, bien trabajada, corrobora también esta idea, al igual que la cripta, actualmente semiescondida por la vegetación, la tierra y las piedras.

El etnólogo oscense José Luis Acín, que subraya el interés de esta construcción, destaca otras singularidades. "No hay muchas iglesias de esta época que tengan una torre tan bien trabajada, con todas las puertas de arco de medio punto", describe. La torre, que bien pudo ser una casa del ermitaño y que alberga una pequeña capilla, se adosó posteriormente al edificio original. Este hecho se aprecia claramente, por ejemplo, en el trabajo de la piedra, más grande y cuadrada en la parte de la iglesia que en este espacio.

José Luis Acín considera que la torre pudo construirse posteriormente a la iglesia para que ampliara la construcción y más tarde la cerraron y la rea­provecharon como capilla. "La sacristía es una construcción también medieval, aunque un poco posterior a la fábrica original de la nave que se encuentra hundida", analiza. Su bóveda de cañón, que se sustenta en un arco fajón, también está muy bien trabajada y, aunque de toda la edificación es lo que mejor se conserva, los muros se están abriendo y el techo comienza a ceder. La luz entra por unos vanos de iluminación, orientados hacia el sur.

"Limpiando toda la zona, seguro que sale todo el trazado de la construcción, cuya planta rondará los 108 metros cuadrados, y seguramente se verá la forma de los pilares y el muro", considera Acín.

El etnólogo oscense remarca la importancia de esta construcción, "más que por el volumen, por la calidad del trabajo", y pone el acento en el arranque de la bóveda, la ejecución de los arcos, la imposta, la dimensión del ábside, las columnas y la combinación de éstas con los pilares, y la existencia de la cripta. "Cuando una iglesia es tan grande es porque iba a ser algo importante, como la de Santiago de Agüero, que iba a ser un monasterio", observa, aunque señala también que resulta sorprendente su ubicación, en un lugar de difícil acceso". No obstante, indica también que estas ermitas suelen ir estrechamente ligadas a elementos de la naturaleza como las rocas o el agua, y en este caso la edificación nace al abrigo de los mallos de la Sierra de Sis (de ahí también el topónimo San Esteban del "Mall").

SU RECUPERACIÓN

José Luis Acín considera que sería necesario actuar en la Virgen del Tozal de San Esteban del Mall con cierta inmediatez para evitar que termine por desplomarse del todo. Benjamín Oca, jefe de Obras de Prames, una empresa especializada en este tipo de intervenciones, apunta que habría que limpiar la zona, consolidar los restos, despejar bien el ábside, actuar en la cripta y restaurar la torre adaptada como capilla, para que los vecinos de la zona puedan reutilizarla.

"En algunas zonas hay casi dos metros de desescombros", señala Benjamín Oca, y se detiene en la actuación de la cripta. "Habría que limpiarla y consolidarla, y buscar las antiguas escaleras que tenía, para que la gente pueda visitarla y conocer las dimensiones que tenía. Así podrán hacer también una mejor lectura del edificio".

Benjamín Oca propone también la conveniencia de dotar al lugar de un par de mesas de interpretación, para que, tras la consolidación de la Iglesia de la Virgen del Tozal, los viajeros puedan acceder a información sobre el horizonte que se abre ante sus ojos, con unos bancos para disfrutar del paisaje."Creemos que toda la actuación se podría acometer con poco dinero y que con esta inversión se realizaría un trabajo muy digno que permitiría conservar estos restos de sillería que tienen tanta calidad y que son fruto de un importante trabajo de cantería".

Para llevar a cabo las obras, sería preciso acondicionar la senda de acceso, que además convendría también señalizar mejor para el público y, como suele ser habitual en las zonas abruptas, la participación de un helicóptero. Benjamín Oca calcula que, entre gravas, arenas, cal y otros materiales para consolidar, como algún tipo de cemento, habrá que transportar hasta 20.000 kilos y subir en torno a los 60 metros cúbicos de agua. Además, habría que montar tiendas de campaña para evitar que los trabajadores tengan que hacer largos desplazamientos todos los días desde el lugar de alojamiento a la ermita.

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