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Cuatro colores indicarán el nivel de gravedad de los problemas meteorológicos

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Los colores verde, amarillo, naranja y rojo identificarán el nivel de gravedad en las situaciones de meteorología adversa, en sintonía con el criterio europeo, según ha decidido la Comisión Vasca de Protección Civil.

Esta Comisión aprobó ayer en Vitoria el Protocolo de avisos y actuación ante meteorología adversa, un documento que regula los avisos a la población ante temporales de lluvia, viento, nieve o temperaturas extremas y trata de optimizar la respuesta de las instituciones para reducir sus efectos.

Siguiendo el criterio europeo, cuatro colores, a modo de semáforo, indicarán el nivel de gravedad de los avisos. El procedimiento incluye la formación de comisiones de seguimiento con representación, según los casos, de Gobierno Vasco, Diputaciones forales y Delegación del Gobierno de España.

El Protocolo aprobado ayer ha sido elaborado por dos Direcciones del Departamento de Interior: Meteorología y Climatología, y Atención de Emergencias y Protección Civil.

Para su elaboración se ha tomado como modelo el proyecto europeo ENMA, cuyo fin principal es sincronizar el formato de difusión de alertas, de modo que la percepción de peligro por tiempo adverso sea similar en toda Europa.

El documento contempla cinco tipos de fenómenos adversos: lluvias, nevadas, vientos, temperaturas (heladas, olas de calor y temperaturas altas extremas) y riesgo marítimo costero.

En cada fenómeno se estiman cuatro niveles de adversidad, que se identifican con un color a modo de semáforo. Así, en el nivel verde no existe ningún riesgo, y en el amarillo hay peligro para alguna actividad concreta aunque no para la población en general.

El nivel naranja, que en principio se produce muy pocas veces al año, se declara cuando hay riesgo importante y los daños personales y materiales pueden ser graves.

Por último, el nivel rojo, previsto con una frecuencia de una vez cada varios años, implica un riesgo claro y directo para la población, y daños materiales muy elevados.

En el caso de la lluvia, el nivel naranja de alerta, por ejemplo, se fija en dos bloques de previsiones: de 80 a 120 litros por metro cuadrado en 24 horas, o entre 30 y 60 litros en una hora.

El primer bloque se refiere a precipitaciones persistentes, donde los ríos se pueden desbordar, y el segundo, a lluvias intensas de corta duración que suelen generar problemas por acumulación de agua en zonas habitadas, carreteras y polígonos industriales.

El nivel rojo se declara al existir riesgo de más 120 litros de precipitación en 24 horas.

Para clasificar la adversidad por nieve se establece como criterio principal el riesgo de afección a la red de carreteras. Así, el territorio se divide en tres zonas según la altitud: 0-300 metros, 300-700 metros, y 700-1.000 metros. En la altitud intermedia de 300-700 metros, por ejemplo, el color naranja se traduce en un riesgo de precipitaciones de 5 a 20 litros de nieve por metro cuadrado, y el rojo en la posibilidad de superar esos 20 litros.

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