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Restaura El Vaticano la "Capilla Sixtina de bronce"

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El Vaticano presentó hoy la restauración de la "Capilla Sixtina de bronce", un monumento funerario en metal dedicado al Papa Sixto IV, cuya historia y belleza le granjearon dicho sobrenombre.

Es una obra del joyero florentino Antonio del Pollaiolo y se trata del único monumento a tierra de la Basílica de San Pedro, construido entre 1484 y 1493, inspirándose en las antiguas tumbas francesas de estilo Saint-Denis.

Sante Guido, uno de los restauradores de la pieza, explicó a Notimex que existe un "hilo invisible" histórico y artístico que une las obras maestras de Pollaiolo y Miguel Angel Buonarroti.

En lo histórico, rememoró en entrevista, Sixto IV della Rovere fue el pontífice gracias al cual se construyó la Capilla Sixtina y quien llamó desde Florencia, capital artística de la época, a los más importantes pintores para adornarla.

Recordó que la Sixtina había quedado incompleta a la muerte de Sixto y fue completada por su sucesor Juliano della Rovere, quien también era su sobrino y Papa Julio II.

Guido señaló que fue Julio II el responsable de encargar el monumento en honor a su tío apenas muerto y para ello contrató los servicios de Antonio de Pollaiolo, el más famoso joyero de la época y gran personaje florentino del momento.

"Por lo tanto, se encontraron en Roma (los representantes de) la crema de la cultura florentina, el más grande escultor, Pollaiolo, y el más grande pintor, Buonarroti", apuntó.

Aunque reconoció que es imposible saber si ambos se conocieron físicamente, siendo el joyero ya mayor, y Miguel Angel un joven, expresó su certeza respecto a la influencia de la escultura de bronce en el autor de la Capilla Sixtina.

"Los florentinos vivían todos en un mismo barrio, cerca de la Iglesia de San Giovanni, que fungía como su embajada. No sabríamos decir si se encontraron, pero seguro el joven artista vio la obra maestra del anciano famosísimo escultor", sostuvo.

Se ve una conexión, apuntó, entre las imágenes del monumento y las figuras de los profetas de Miguel Angel, ambas tienen una posición de semi-perfil, girada, muy característica".

De hecho, al observar la pieza de bronce, destacan inmediatamente 17 imágenes dedicadas a las antiguas artes y ciencias, las virtudes teologales y las virtudes cardinales.

Ellas hacen recordar los frescos en el techo de la Sixtina. Se trata de mujeres en diversas posiciones que representan contenidos abstractos.

El monumento tiene forma de rectángulo y está conformado por varios niveles que fungen de lecho para una estatua que reproduce el cuerpo acostado de Sixto IV.

En los laterales de la pieza, el joyero esculpió ocho artes y ciencias, en lugar de siete como era costumbre, porque incluyó a la prospectiva.

Con ella representó la gramática, música, geometría, filosofía, teología, aritmética, astrología, dialéctica y retórica. Junto al cuerpo del pontífice, en cambio, colocó a la fe, la esperanza y la caridad junto con la templanza, la justicia, la prudencia y la fortaleza.

"Estos detalles seguramente anticiparon lo que después fue la Capilla Sixtina", insistió Sante Guido quien, junto con un grupo de expertos, trabajó durante dos años en la restauración de la obra.

El proceso de recuperación fue "lento y delicado" porque se utilizaron materiales no tóxicos, además de haber llevado a cabo toda la operación en el mismo lugar donde la pieza se encuentra, en el Museo del Tesoro de San Pedro.

Al menos unos 500 mil visitantes pudieron observar "en vivo" todas las fases que llevaron a la "Capilla Sixtina de bronce", de una situación de degrado a recuperar su esplendor original.

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