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Sorteo de Navidad: un billete hacia la felicidad

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Llega la Navidad y el que parece escaso presupuesto mensual se amplía para los fines navideños. Comida para toda la familia, jamón, langostinos y champán, además de un gran surtido de polvorones.

Tampoco hay que olvidar el árbol rey de estas fiestas, ese abeto artificial que la mayoría de las familias utilizan tanto por lo económico comparado con un árbol de verdad como por motivos medioambientales.
El nacimiento de Jesús está representado en la sala más importante de la casa, y algunos además representan en este Belén escenas jamás conocidas pero eso sí, divertidas.
Papá Noel o los Reyes Magos o ambos, ya tienen preparados sus sacos de juguetes de las mejores marcas que superan cada año en lo económico a las posibilidades y necesidades reales de una familia.

Y dentro de este presupuesto navideño no se puede dejar atrás al pasaporte a la felicidad, el que podrá cubrir estos gastos desbordados y con el que pagar la hipoteca y poder vivir una vida de ensueño: la Lotería de Navidad.

La gente compra todos los décimos que puede, el de la empresa, el de la empresa de su prima, las participaciones que los niños de la familia venden para pagarse una parte de una excursión escolar, participaciones para cestas de Navidad, y como no, lotería hasta de Murcia o Barcelona por si toca allí, que parece ser que siempre toca.

Todo. Nadie puede tener un número que esta persona no tenga. Y entonces, dos sorteos y dos esperanzas. El de Navidad y el del Niño. "Por lo menos que toque lo que hemos jugado"- se piensa, y se para a pensar más en profundidad, es bastante dinero el que se ha invertido en ello.

En los tiempos actuales, donde reina la palabra "crisis", se entiende que la gente invierte más en suerte, pero sin embargo, el personal de las tiendas de la Lotería del Estado, dice que las ventas no han sufrido ningún cambio significativo.

El Sorteo de Navidad, sorteo de ilusiones para miles de personas y familias, se remonta a finales del siglo XIX. Esto no significa que no se hiciesen sorteos de este tipo hasta entonces, sino que fue a partir de este año que se comenzó a denominar de esta manera.

SORTEOS PARA RECAUDAR DINERO

En España, para hablar de la historia de la Lotería Nacional Moderna hay que unirlo a las Cortes de Cádiz. Nace durante la Guerra de la Independencia como un medio para aumentar los ingresos del erario público, sin quebranto para los contribuyentes.

Esta práctica era muy común en otras partes del mundo, como por ejemplo, en Francia, que desde principios del siglo XV muchas ciudades lograron mediante este tipo de sorteos los fondos necesarios para reforzar sus defensas. Así, a mediados de ese siglo, los belgas recurrieron a la lotería para construir iglesias, casas de beneficiencias e infraestructuras portuarias.
Para fines similares lo hizo Francisco I de Francia, Isabel I en Inglaterra o Benjamin Franklin en Estados Unidos, entre otros muchos.

En el caso español, existió una lotería, de procedencia napolitana, por la cual los jugadores elegían unos números por los que podían recibir premios que eran fijos, por lo que existía la posibilidad de que el Estado perdiera dinero si los ingresos eran bajos. Por ello, en 1862 se suspendió esa modalidad.

Pero ya existía la lotería que nació en Cádiz y que venía de México. El objetivo de la misma era recaudar dinero para la lucha con Napoleón. Se considera por tanto, un fin patriótico, y de ahí el nombre de Lotería Nacional.
Nace de la mano del Ministro del Consejo y Cámara de Indias, don Ciriaco González Carvajal, y se aprueba por unanimidad el 23 de noviembre de 1811.

Fue el 4 de marzo de 1812 cuando se celebró el sorteo de esta nueva modalidad de lotería, que se denominó "moderna" para diferenciarla de la anterior.

El primer sorteo celebrado en Navidad fue el 18 de diciembre de 1812 en Cádiz, y el primer Gordo fue para el número 03604. El precio del billete fue de 40 reales y el premio de 8.000 pesos fuertes.
Su venta se extendió desde Cádiz y San Fernando hacia Ceuta y todo Andalucía, a medida que los ejércitos napoleónicos se iban retirando del país.

Años después, en 1892, aparece en el prospecto de premios del día 23 de diciembre, la denominación "Sorteo de Navidad", y sustituyó a la leyenda de "Prósperos de Premios".
Desde entonces, ni tan siquiera la llegada de la Guerra Civil interrumpió este popular sorteo. Todo lo contrario ya que en el año 1938 hubo dos, que se celebraron en Burgos y en Barcelona, ciudades controladas cada una por un bando.
A día de hoy, el sorteo de Navidad se celebra todos los años el 22 de diciembre, y es considerado el más importante de los sorteos realizados en el país.

COLEGIO DE SAN IDELFONSO

Se remonta al siglo XVIII cuando los niños del Colegio de San Idelfonso, en Madrid, eran los encargados de cantar los premios en este tipo de sorteos. No obstante, la combinación de números del primer año que se celebró estaba escrita en papeles en los que había impresos unos números. Este procedimiento se cambió por el de bolas de madera poco después.

Por tanto, la historia de su participación en este sorteo es casi tan antigua como la de la Lotería Nacional. El primer estudiante de este colegio que cantó un premio lo hizo en 1771. En concreto fue Diego López, de siete años.

Los niños y niñas de este colegio, que cuenta con unos 500 años de antigüedad, son escogidos por su timbre de voz y pronunciación clara. Además se les ejercita para la fácil y rápida lectura de los números y el manejo de las bolas mediante ensayos continuos.
Tradicionalmente, había cuatro alumnos por tablero, y un total de 24 niños y niñas que se turnaban. Actualmente, son 20 niños y niñas, de los cuales, uno dirige los movimientos que deben realizar los demás.

Hasta 1984 este colegio no fue mixto, por lo que supuso un cambio importante. Otro de los cambios destacados en este sorteo fue convertirse en sorteo televisado, lo que reunió a cerca de 30 millones de personas a finales de los años 50, así como la introducción del euro, porque el décimo pasó de costar 3.000 pesetas a 20 euros, aunque también aumentó la valía del Gordo, y también para estos niños que pasaron de cantar "150.000 pesetas" a "1.000 euros".

UN SORTEO REPLETO DE TRADICIONES

El día 22 de diciembre, millones de personas que han adquirido su boleto siguen este sorteo extraordinario de Navidad, un momento que está repleto ritos y tradiciones.
Todo comienza un día antes, momento en el que se lleva a cabo el recuento y minucioso examen de las bolas que se van a utilizar para el sorteo. Las bolas suman un total de 85.000 correspondiente a los números, y 1.787 de los premios.

Los interesados pueden acudir a este procedimiento ya que se realiza de manera pública en el mismo salón en el que se realizará, un día después, el reparto de felicidad. Para ello, es necesario concertar una cita con el presidente del sorteo a través de las Loterías y Apuestas del Estado.
Una vez que se ha comprobado que están todas las bolas en perfectas condiciones, se desaloja el salón, se cancelan todos los accesos con cerrojos, y la puerta del estrado se cierra con tres llaves que se encargan de custodiar hasta la mañana siguiente tres claveros.
Al día siguiente, a las 8 de la mañana se abre el salón para que la gente pueda comenzar a entrar. Las bolas permanecen en las alambres que forman las liras, que a su vez están colgadas en unos mecanismos que reciben el nombre de ‘paraguas'. De estos las bolas pasan a la tolva, que es un recipiente transparente en el que las bolas son trasladadas a su destino final, dos bombos.

Una vez que los bombos se cierran, se inicia el canto de los niños y niñas de San Idelfonso, que no cesa hasta que el bombo de los premios se queda completamente vacío. Las bolas van cayendo una a una a las copas a través de un conducto que recibe el nombre de ‘trompeta'. Si por error se extraen dos bolas a la vez, queda una encima de la otra y siempre se elige la que está abajo, es decir, la que ha salido primero.

Es entonces cuando el niño situado en frente del bombo de los números canta el contenido de su bola, mientras que su compañero anuncia el premio. Ambos van insertando las esferas en cada alambre de la tabla, que alberga hasta cuarenta bolas, veinte para números y veinte para los premios. Cuando se completa la tabla, se cierra delante de una mesa que preside el Sorteo.

Durante todo este proceso en el que los niños cantan los premios, hay un grupo de cuarenta personas encargado de procesar todos los datos para poder confeccionar una lista con los números agraciados y las administraciones donde se han vendido. De este modo se consigue que antes de una hora desde la finalización del sorteo esta lista esté a disposición de la Fábrica de la Moneda Timbre, y posteriormente a las diferentes administraciones y medios de comunicación.

Aunque desde estas vías todo el mundo puede hacer sus comprobaciones, todavía se mantiene la tradición de exponer al público las tablas en las que figuran los números premiados, durante siete días. Cuando se retiran, vuelven a ser contadas y examinadas. Todas deben tener 18,8 milímetros de diámetro y medir tres gramos de peso. Además, el número y la letra están grabados a fuego. Si alguna no cumpliese estas condiciones se repara o sustituye.

DINERO RECAUDADO Y PREMIOS

Con el sorteo de Navidad además de aumentar las posibilidades, aumentan los premios. Las posibilidades aumentan porque se aumenta el número de series con respecto a un sorteo ordinario, y la cantidad monetaria va creciendo de tal manera que si en 1998 se repartieron aproximadamente 1.165.000 euros, diez años se repartió casi el doble, unos 2,3 millones de euros.

Haciendo las cuentas, un total de 195 series de 85.000 números, en décimos de 20 euros, suponen un montante de 3.315.000.000 euros si se vende todo. De este dinero, el 70 por ciento, es decir, 2.320.500.000 euros, son destinados a los premios.
Los premios mayores se reparten de la siguiente manera. Un primer premio de 3 millones de euros; un segundo premio de un millón de euros; un tercer tiempo de 500.000 euros; dos cuartos premios de 200.000 euros, y ocho quintos premios de 50.000 euros. El total de premios por serie es de 13.334.

También existe la posibilidad de las aproximaciones. Hay dos premios de 20.000 euros para los números anterior y posterior al que obtenga el primer premio. Dos de 12.500 euros para los números anterior y posterior al que obtenga el segundo premio; y otros dos de 9.600 euros para los números anterior y posterior al tercer premio.

Por otro lado, se pueden sacar algunas modelas de aquellos premios menores ya que se establecen 8.499 reintegros de 200 euros, 849 premios para las terminaciones del Gordo (las dos últimas cifras), y otras tantas para los del segundo y tercer tiempo. También hay 99 premios para las centenas del primer, segundo y tercer premios, y de los dos cuartos.
Por euro jugado, el Gordo recibe 15.000 euros; el segundo premio 5.000 euros y el tercero, 2.500 euros, para hacernos una idea.
Sin embargo, año tras año, las Loterías y Apuestas del Estado reciben un buen pellizco de este dinero, ya que no todas las series se venden.

SABIAS QUE...

Se han celebrado casi 200 sorteos de Navidad, y el primer premio ha correspondido en unas 61 ocasiones a un número comprendido entre el 0 y el 10.000, en 62 ocasiones a un número entre el 10.001 y el 30.000 y en 64 a números comprendidos entre el 30.001 y el 66.000. En 1956 y 1978 se repitió el número 15.640.

También cabe destacar que no han obtenido aún el primer premio los millares 27, 37, 39, 41, 44, 51, 54, 62 y el 64. Así, en cuatro ocasiones el Gordo ha correspondido a números terminados en tres cifras iguales, el 25.444, el 25.888, el 35.999 y el 55.666. Se han repetido en tres ocasiones las cifras finales siguientes: 457 (2.457, 4.457 y 9.457) y 515 (12.515, 13.515 y 21.515); y en dos el 098, 297, 400, 452, 704, 758 y 892.

Las terminaciones de las dos cifras más repetidas han sido la 85 seis veces en 1841, 1858, 1867, 1868, 1900 y 1915; la 57 seis veces en 1820, 1846, 1871, 1878, 1881 y 1932; la 75 cinco veces en1825, 1835, 1843, 1869 y 1962; la 64 cinco veces en 1821, 1948, 1961, 1976 y 1987 y la 95 cuatro veces 1886, 1994, 1995 y 2001.
Y la mala suerte parece caer en las siguientes terminaciones 09, 10, 13, 21, 25, 31, 34, 41, 42, 43, 51, 54, 59, 67, 78 y 82, que nunca han obtenido un primer premio.
A la hora de comprar, la gente prefiere comprar décimos que terminen en el número 5, que es el que más veces resultó premiado, 30 veces. Seguido del 4 y el 6 con 26 apariciones. La cifra final menos repetida ha sido el 1, seguida del 2 y el 9.

Igual de curioso es el hecho de que anualmente, hay determinados décimos que se agotan. Por ejemplo, en 2005 arrasaron los números correspondientes al nacimiento de la infanta Leonor (31.105), y la muerte del Papa (02.405), el día de los atentados de Londres (07.705), el paso del huracán Katrina por Nueva Orleans (31.805) o el día en que Fernando Alonso se proclamó campeón del mundo de fórmula 1 (25.905).

Como hecho insólito hay que remontarse a 1949, año en el que un ciudadano malagueño se acercó a la Oficina de Correos asegurando que sabía que 55.666 sería el número premiado en el Sorteo Extraordinario, pues lo había soñado. Aunque parezca increíble, aquel año el 55.666 resultó premiado con el Gordo, lo que impulsó la popularidad de este Sorteo.

Pero el empujón definitivo a la popularidad lo tuvo en 1957, cuando por primera vez en la historia fue retransmitido en directo por televisión, con lo que la expectación y la participación crecieron enormemente. Prueba de ello es que los décimos de Lotería de Navidad han pasado a ser vehículo cultural, pues cada año se imprimen con un motivo relacionado con la historia o la realidad actual de España. Actualmente, en la era de la comunicación y de los grandes ídolos mediáticos, una nueva tradición está llegando a los hogares españoles.

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