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El viaje circular de Victoria Civera

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La mayoría busca un espejo cuando quiere comprobar su aspecto. Acicalarse un poco. Victoria Civera podría enfrentarse a sus obras, sobre todo a sus cuadros, para conocer su estado (el interior y el exterior) en el momento en el que sus creaciones salieron de su estudio, sus pinceles, sus pensamientos. Porque, para ella, sus creaciones representan «el reflejo» de sí misma, una proyección casi casi terapéutica.

«Cuando pinto siento que me curo», admitía ayer la propia autora. La confesión venía a cuento de 'Atando el cielo', la exposición que repasa su obra reciente en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga). Una muestra que se ofrece al espectador como un paseo por algunos de los asuntos centrales en la trayectoria de Civera: «la soledad, la quietud y el movimiento, la fantasía y, sobre todo, el silencio», según sus propias palabras.
Un mundo interior que podría tener forma circular. Como muchas de las obras que componen 'Atando el cielo', un título que además se ofrece como una declaración de intenciones. «Significa la imposibilidad de atar la pintura, el arte, el universo, la vida en general», acotaba Civera.
El centro de la diana
Pero hay que volver a las obras circulares. A la psicodelia de 'Pasando del centro' (2005), el colorido de 'Cataplaf' (2006), las reminiscencias orientales de 'Frente al túnel' (2007), la sensualidad de 'Jumba' (2008-2009) o el enigmático sentimiento infantil que transmite 'Madre norte' (2009).
Todas redondas. El director del CAC Málaga, Fernando Francés, argumentaba el sentido de esta elección: «El círculo representa la perfección o la maternidad, pero también puede ser una diana... Dentro de esa forma perfecta aparecen imperfecciones, figuras oníricas provocadas por la memoria, que es una de las claves en la obra de Victoria Civera, junto al papel de la casualidad».
El azar y el recuerdo. Dos motores que mueven la obra de la artista, más conocida quizá por sus instalaciones y sus esculturas. También sobre eso se detuvo el director del centro malagueño: «Victoria Civera es la primera artista española a la que dedicamos una exposición en el espacio principal del centro».
«Cada año -prosiguió Francés- seleccionamos un creador español para este espacio de referencia para nosotros, por el que han pasado Santiago Sierra, Jaume Plensa, Miquel Barceló o Chema Cobo. Siempre hemos querido hacer una llamada de atención sobre determinados artistas y es de justicia hacerlo ahora con Victoria Civera».
En este sentido, el director del CAC Málaga esbozó una breve tarjeta de visita de la autora: «Victoria Civera es quizá la artista más singular de España y sin embargo es una gran desconocida en nuestro país. Esta exposición quiere dar una vuelta de tuerca a la manera de presentar su obra, obviando la instalación, el dibujo y la escultura, que quizá son sus facetas más conocidas, para centrarnos en la pintura».
Protagonismo femenino
Una faceta pictórica en la que Civera siempre ha buscado «el equilibrio entre la movilidad y la quietud». Una premisa que la autora enlaza con el protagonismo concedido a la figura femenina. No en vano, todas -o casi todas- las pinturas reunidas en 'Atando el cielo' ofrecen mujeres en primer plano.
Las poses de algunas de ellas parecen salidas de anuncios de moda, encuadrados en cada caso en diversos escenarios naturales. Ahí está la ejecutiva frente a un prado de 'Saliendo del paisaje' (2000), el salto primaveral de la chica de 'Pisando el suelo' (2002), la joven sonriente de 'Pss, psss...' (2003) o el hielo que parece rodear a la protagonista de 'No te escapes' (2010), una de las piezas que Civera estrena en la muestra que acogerá el CAC Málaga hasta el próximo 29 de agosto.
Quizá el proceso creativo que sigue Victoria Civera para componer sus cuadros sirva para entender un poco mejor el origen de estas mujeres-modelos. «Voy recopilando imágenes que me atraen. Las recorto de revistas, publicaciones.... Luego las llevo al estudio, compongo con ellas collages y poco a poco va surgiendo la imagen», aclaraba ayer la artista, cuya obra forma parte de las colecciones de instituciones como el Museo Reina Sofía, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona o el Artium de Álava.
De vuelta a las pinturas de 'Atando el cielo', el cromatismo, incluso la vitalidad que parece presidir esa serie de lienzos de gran formato como extraídos de revistas de moda contrasta con el predominio del blanco y negro -a menudo en escenas menos amables- que llega de títulos como 'Resplandor' (2008), 'Rota' (2009), 'Searcher' (2009) o 'Mariluz Calcuta' (2009-2010).
A medio camino surgen cuadros con el fondo en blanco y negro, pero cuyas protagonistas aportan cierta nota de color. Serían los casos de 'Crossing tunnel' (2001) o 'Ella' (2002-2003), que dan paso a varias figuras femeninas en actitud más sugerente ('Jumping', 2001) o incluso bastante explícita ('Túnel eterno, 2001).
Un momento de calma
Y pese a esta variedad, la obra de Civera ofrece un contrapeso de sosiego en la agitada programación del CAC Málaga. No en vano, 'Atando el cielo' comparte cartel con el belicoso Jonathan Meese y con 'Apocalipsis', la provocadora selección de fondos propios del centro.
Ahora Civera pone la nota de calma. Una mesura que, no obstante, requiere esfuerzo: «El proceso de la pintura es tan inestable que llega un momento en el que la primera idea desaparece... siempre el artista está intentando atrapar algo que es inalcanzable».


ANTONIO JAVIER LÓPEZ ajlopez@diariosur.es | MÁLAGA.

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