Ultimas noticias:




Leyendas urbanas

|

Las leyendas urbanas nacieron con la revolución industrial. Son muy divertidas, y muy terribles, y funcionan como los cuentos de aldea, que también intentaban contestar preguntas que formulaban miedos universales. El cuento de Pulgarcito -un niño que salva a sus hermanos abandonados por sus padres, que tras una periperipecia consigue que se restablezca la armonía-- nació en la Europa de las Aldeas, aquella que no conocía métodos anticonceptivos de ningún tipo, aquella que vivía bajo el terror del hambre, aquella de la que todos somos nietos o, cuando menos, bisnietos.


El mundo globalizado no se inventó anteayer sino hace miles de años. Los seres humanos somos fatídicamente repetibles: lo que ha sucedido aquí o ya ha sucedido en algún sitio o está punto de suceder sabe Dios dónde.

Las leyendas urbanas tienen algo que me conmueve profundamente. Quién no ha oído hablar de la chica de la curva? Hoy ya está pasada de moda esta historia porque el autostop está pasado de moda. Usted va por la carretera y ve una chica muy joven y muy guapa haciendo autostop. Detiene su coche, sonríe y la invita a subir. Todo va bien hasta que llegan a determinada curva. "Cuidado", dice la autostopista, "ahí me maté yo". Y usted vuelve su cara y ve que no hay nadie, que la chica ha desaparecido.

Muy macabra, y muy verosímil, es esa que tiene que ver con la popularización de los viajes de la tercera edad. Una familia de Candás se va de vacaciones de verano a Benidorm. Junto al Mediterráneo lo pasan divinamente, tostándose como parroches en la sartén, hasta que un día sucede la desgracia. La abuela nonagenaria se muere de una indigestión de paella.

Hay llantos, desesperación ante lo inevitable y cálculos para defraudar al fisco. Trasladar a un cadáver de Bernidorm a Candás cuesta sus euros. Así que el listo de la familia decide adelantar la vuelta a casa, suspender las vacaciones, y volver en coche con la abuela nonagenaria muerta con la permanente puesta.

--"Total", dice, "calcándo-y namás son diez hores, como muncho once".

Todo va bien hasta que se detienen en una gasolinera, a repostar y comer un bocadillo. Con el bocadillo venía una cerveza y en vez de media hora echaron hora y media. Cuando vuelven al aparcamiento descubren compungidos que les han robado a la abuela.

El mito de la eterna juventud, y el del progreso, también es el tema de muchas leyendas urbanas. Según Bernardo Atxaga, el gran escritor vasco, nuestro Home del Untu era un señor con un gran saco que se dedicaba a robar niños para hacer manteca con la que lustrar los raíles del ferrocarril. Cómo iba a ir tan rápido una máquina sin caballos sino se deslizaba milagrosamente? Pero la que me hace más gracia es la última. Una señora de Asturias coincide en avión con una bellísima famosa.

Esta se hidrata con una crema cuyo bote ya estaba en las últimas. Lo mira y lo tira a la papelera. A la señora de Asturias, le faltó tiempo para hacerse con el bote vacío.

Tras varias semanas preguntando por diversas perfumerías de alta gama, descubre que la loción mágica es un cosmético de farmacia que apenas supera los cinco euros, además made in Grecia. La crema en cuestión ya es usada por media Asturias. Reconozco que yo la he comprado. Son los misterios de la leyenda. Pero lo cierto es que funciona.

*Periodista.[nombre.085]

0 comentarios:

Publicar un comentario

Las opiniones escritas por los lectores de este blog serán de su entera responsabilidad. No se admitiran insultos ni ofensas, ni publicidad o enlaces a otros blogs, de lo contrario se podrán eliminar sin previo aviso.

 

©2009 El buscador de noticias | Template Blue by TNBPolítica de Privacidad