Nacido en Astorga, vive un espíritu cristiano desde pequeño. Al no poder ingresar en un Convento donde se sentía llamado, inicia un camino de vida espiritual y penitencial.
Muchas son las personas que se acercan a ver al anacoreta, hasta que surgen las envidias de muchos que le hacen marcharse a Ebronato donde le edifican un oratorio.
Cuando surgen nuevas dificultades, y el santo se convierte en signo de contradicción, marcha en el más absoluto silencio, a orillas del Monasterio de San Pedro, fundado por San Fructuoso.
El Obispo de Astorga, de nombre Isidoro, le designa como acompañante suyo para asistir al Concilio de Toledo.
Sin embargo, el Prelado muere durante el trayecto. No se pueden olvidar sus múltiples escritos, que se han conservado en el Monasterio de Cariacedo, teniéndolos como un tesoro preciado durante bastante tiempo la Iglesia de Oviedo.
En sus obras se pueden comprobar multitud de biografías, así como pensamientos y sentencias religiosas.
Terminó su vida a finales del siglo VII y sus reliquias se conservaron en el Altar Mayor de la iglesia del Monasterio de San Pedro de los Montes, de la orden benedictina, cerca de Ponferrada.
San Valerio 25 de febrero
Etiquetas: Santoral |
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