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Secretos bajo las vendas de las momias

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Las más modernas tecnologías médicas y de antropología forense permiten reconstruir el ritual y las creencias del tránsito entre la vida y la muerte del antiguo Egipto. La oscuridad de las salas y los olores de los bálsamos naturales que se utilizaban para embalsamar a las momias en la época funeraria son las primeras sensaciones que cautivan al visitante. La exposición El enigma de la momia. El rito funerario en el antiguo Egipto, del Museo Arqueológico de Alicante (Marq), se podrá visitar hasta el próximo 17 de octubre.


Se trata de una espectacular muestra arqueológica con más de 250 piezas, únicas, procedentes de museos franceses, en especial el del Besançon y el del Louvre. Las estrellas de la exposición son las momias de Seramon y Ankhpakhered, restauradas para la ocasión, y que se exhiben por primera vez en España. El radiólogo francés Samuel Mérigeaud sometió en 2007 a estas dos momias, pertenecientes a dos sacerdotes que vivieron en Tebas (Egipto) en los años 1.000 a. C. y 600 a. C., respectivamente, a todo tipo de pruebas clínicas (radiografías, escáner y tomografía axial (TAC). Con las 9.000 imágenes obtenidas y las 1.500 secciones transversales se elaboró el documental Bajo las vendas de las momias, que permite al visitante introducirse en el interior de estos cuerpos y ver los amuletos que les acompañaron en el tránsito hacia el más allá. Las momias en 3D giran sobre sí mismas 180 grados hasta perder todos los vendajes. "Se descubrieron las joyas y los objetos ocultos en su cuerpo", explicó Manuel Olcina, comisario de la muestra y director del Marq.

El proceso de momificación se prolongaba durante 70 días, en dos etapas coincidiendo con los ciclos solares. "Ahora conocemos a las momias por dentro y por fuera", destacó el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll. Mediante esta técnica se descubrió, por ejemplo, que Seramon padecía artrosis y que tenía los dientes muy deteriorados.

Junto a estos sarcófagos, se exhiben además otros 250 objetos relacionados con el rito fúnebre encontrados en sus sepulcros o en otras excavaciones arqueológicas de Egipto. Destacan los amuletos, los puñales o los utensilios que se utilizaban para embalsamar los cuerpos de los difuntos, y otra curiosidad son las sustancias naturales olorosas que se usaban en estos ritos: azafrán, canela, cardamomo, cedro, enebro, gálbano, incienso, lentisco, miel, mirra, nardo o esencia de pino. La estatua policromada de Osiris o los papiros con extractos del Libro de los muertos son otras joyas de esta exposición, cuyo presupuesto ronda los 900.000 euros, en montaje, seguros, transporte y difusión. Las piezas arqueológicas, que estarán expuestas en Alicante durante todo el verano, proceden tanto del Louvre de París y del Museo de Besançon como de la Biblioteca Nacional de Francia, el Museo de Picardie, Senatorerie (Ville de Guéret) y el Georges Labit, de Toulouse, y es la primera ocasión en que se exhiben en conjunto.

La exposición se completa con otra muestra integrada por unos 30 objetos de origen o procedencia egipcia hallados en los yacimientos arqueológicos de la provincia de Alicante. "Es algo desconocido, pero hay pequeñas piezas de regalos con los que los comerciantes fenicios, griegos o cartagineses obsequiaron a sus clientes", apunta Olcina, que cita como ejemplo una cantimplora con agua de las crecidas del río Nilo que servía para prevenir catástrofes y ahuyentar los malos espíritus. De momento, la muestra es un éxito: ya se han vendido 5.400 entradas para los primeros días, y se espera superar los 200.000 visitantes.
EZEQUIEL MOLTÓ - Alicante

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