El interés por las setas ha crecido de forma espectacular en la comarca, donde pueden encontrarse sabrosas especies
Para los profanos, las setas son solo las casitas de los gnomos, hongos con coloridos sombreros que crecen en otoño bajo los árboles o, como mucho, los ingredientes en algún plato especial. Sin embargo, para los aficionados a la micología las setas son mucho más. Una oportunidad única para pasear, para conocer distintas especies, alegrar el paladar y, ya puestos, incluso aprender latín. Y, además, para la celebración de jornadas micológicas, cada vez más numerosas en la Costa da Morte. Todo ello volvieron a ponerlo ayer de manifiesto aquellos que participaron en la jornada organizada por la EFA Fonteboa, una mañana que transcurrió por los montes de San Paio y Xaviña y en la que el profesor José Gil ejerció como guía de excepción. Él se encargó de enseñar a los participantes las principales características de cada especie y, lo que es más importante, también les dio las pautas para reconocer aquellas que son comestibles y rechazar las tóxicas, ejemplares que incluso pueden llegar a causar la muerte. Por eso, ante la duda, mejor pasar de largo.
Guía en mano, Gil guió a los participantes por los montes coristanqueses para encontrar las especies más sabrosas y tuvieron suerte, porque las lluvias de los últimos días han propiciado que los hongos proliferen. Encontraron un poco de todo, sobre todo ejemplares de Lactarius delicius , los famosos y deliciosos (el nombre latino le viene al pelo) níscalos, pero también los dulces Boletus erythropus (pie rojo) e incluso alguna especie poco común en la comarca, como la Sparassis crispa , un hongo que recuerda a las esponjas de mar y que, según los entendidos, es una auténtica delicatesen. ? La mayoría de los participantes lo comprobaron ya en casa, a donde se llevaron las setas que recogieron, pero algunos se quedaron en las instalaciones de Fonteboa, donde José Gil les ofreció algunas recetas para sacarle el mejor partido a cada especie. Además, les dio un truco para conservar aquellas que no se vayan a comer en el momento: cocerlas un poco y congelarlas. «Despois non hai máis que collelas e, directamente, cociñalas». «No campo duran pouco, así que o mellor e collelas canto antes e, se son moitas, conservalas», confirmó Amancio Lavandeira.?
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Etiquetas: Información, naturaleza, Noticias Generales | author: BuscadorPosts Relacionados:
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