Hace 65,5 millones de años, los dinosaurios y el resto de criaturas que habitaban la Tierra alzaron sus cabezas a un tiempo cuando un inmenso asteroide de 15 kilómetros de diámetro cruzó el cielo a gran velocidad e impactó con una fuerza inusitada sobre la actual provincia mexicana de Yucatán.
La energía liberada en el inmenso choque fue mil millones de veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima. Fue el comienzo del fin: terremotos de magnitud superior a 11 en el antiguo Golfo de México, colapsos de las plataformas continentales, gigantescos tsunamis... y cambios en la atmósferaque causaron un invierno global.
Los cambios provocados sobre el planeta tras la colisión desencadenaron una gran extinción masiva que afectó al 70% de las especies y terminó con la era de los dinosaurios.
Ésta es la teoría más clásica sobre la hecatombe de finales del período Cretácico.
Pero, ¿fue realmente así? No todos los científicos la comparten, pero ahora, un nuevo estudio en el que participan investigadores de la Universidad de Zaragoza viene a aportar nuevos datos que refuerzan la hipótesis con evidencias geológicas recabadas en varias partes del mundo.
El estudio, que se publica en la revista Science, es fruto del trabajo durante veinte años de 38 expertos en paleontología, geoquímica, geofísica y sedimentos de Europa, Estados Unidos, México, Canadá y Japón. La hipótesis de la colisión viene de lejos. Planteada hace ya 30 años, los científicos se hicieron una idea más real de lo sucedido cuando en 1991 se descubrió enterrado bajo el Yucatán el cráter de un impacto de casi 200 kilómetros de diámetro, el de Chicxulub, cuya edad geológica coincide con la época de las extinciones. Algunas voces se alzaron para mostrarse en desacuerdo con esta teoría, asegurando que los microfósiles del Golfo de México demuestran que el impacto sucedió bastante antes de la extinción, unos 300.000 años antes, así que no pudo provocarla. Entonces nacieron otros estudios alternativos que colocaban el gran «armagedón» prehistórico en otro escenario: una actividad volcánica inusual en la India que originó un enfriamiento global lluvia ácida.
Nuevas pistas en el crimen masivo de los dinosaurios: fue un único asteroide
El cráter de Chicxulub / David A. Kring
Sedimentos «instantáneos»Pero los científicos del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón, especializados en el estudio de foraminíferos, fósiles microscópicos que ayudan a datar las rocas sedimentarias marinas que los contienen, han aportado nuevas pistas que refuerzan la hipótesis del asteroide. Aseguran que los sedimientos de Yucatán coinciden exactamente con el evento de la extinción y fueron depositados en «un tiempo geológico instantáneo» como consecuencia de los terremotos y grandes tsunamis producidos por el impacto del asteroide.
Todos los cambios significativos en los ecosistemas de la Tierra se iniciaron en este momento «y, por tanto, el impacto de un gran asteroide en los sedimentos ricos en sulfatos de la antigua plataforma de Yucatán sigue siendo la causa más plausible para explicar la extición en masa», aseguran los autores del estudio.
Preguntados por si su estudio terminará la discusión entre los científicos, los micropaleontólogos españoles señalan que «el 99% de los especialistas apoya la teoría del impacto».
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