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¿Quién acabó con los gigantes del hielo?

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Animales de gran tamaño como mamuts, mastodontes y perezosos tan grandes como un coche dominaban los bosques de Norteamerica hace unos 15.000 años. Sus poblaciones eran tan numerosas que podían ser equiparadas e incluso superar en riqueza a la actual fauna del exhuberante Serengeti en África.

Sin embargo, al final del último período glacial, algo cambió y comenzó una precipitada caída de estas especies hacia la extinción.

Los motivos de su desaparición son una incógnita, pero, al menos, investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison han conseguido descartar las causas que no tienen que ver con su desgracia.

No son culpables: ni los clovis, los humanos que se asentaron en la zona, porque llegaron más tarde, cuando estos mamíferos ya agonizaban; ni la destrucción de su ecosistema, porque no hubo importantes cambios en la naturaleza hasta tiempo después; ni la hipótesis más popular e inquietante, la de un meteorito que impactara contra la Tierra.

Qué acabó con estos gigantes sigue siendo un misterio sin resolver.


Análisis de boñigasLos bosques de la época eran recorridos por 34 géneros o grupos de animales, incluidos las «estrellas» de la edad de hielo, como los mamuts, camellos, caballos, mastodontes, enormes castores y perezosos de tierra del tamaño de un vehículo utilitario.

Pero, poco a poco, el reinado de estos gigantes acabó. «Los datos sugieren que la extinción se inició en el Lago Appleman (Indiana) en algún momento entre 14.800 y 13.700 años atrás», explica John Williams, profesor de geografía en Wisconsin-Madison y experto en climas antiguos y ecosistemas, principal autor del estudio.


Para llegar a estas conclusiones, los científicos, que han publicado su trabajo en la revista Science, utilizarn un peculiar sistema de deducción.

Estudiaron las esporas de hongos que aparecen en los excrementos de estos animales y que fueron recuperadas de los sedimentos del lago.

Como si fueran detectives, dataron la antigüedad de las esporas y comprobaron cuándo empezaban a ser menos frecuentes.

Una vez obtenida la fecha, sólo tenían que relacionar acontecimientos.


Los clovis, inocentesEl proceso de la extinción fue gradual y duró unos 1.000 años.

En ausencia de los comedores de hierba, surgió un nuevo ecosistema.

Las comunidades de plantas se multiplicaron -el fresno negro y los olmos comenzaron a hacerse un hueco entre las omnipresentes coníferas y abetos- y se produjeron cambios en la frecuencia de los incendios.

Es decir, que fue la desaparición de la fauna lo que provocó la transformación en el paisaje, y no al revés.


En cuanto a los cazadores clovis, han resultado inocentes de crímenes masivos.

Estos pobladores llegaron mil años después de que los grandes herbívoros empezaran a desaparecer, así que poca culpa han podido tener en el asunto y es dudoso que otros humanos se hubieran dedicado antes a la caza masiva de estos herbívoros en la zona.

¿Y el meteorito? La desaparición de los animales también se produjo antes que el supuesto cataclismo, según los científicos.

Ante este panorama, el misterio continúa.

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