Batalla final por el «Ojo de Dios»

América del Sur o Europa. Chile o España. El cerro Armazones o la isla de La Palma. La batalla por acoger el Telescopio Extremadamente Grande (E-ELT) está servida, a la espera que llegue el día del asalto final, que tendrá lugar entre hoy y mañana, cuando la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Sur (ESO, siglas en inglés se reúna para decidir el emplazamiento del Supertelescopio Europeo.


Una infraestructura que colocará al emplazamiento donde designe la ESO como el epicentro mundial de la astronomía para el próximo medio siglo. Un nuevo cazador de galaxias con el que, según los expertos, se podrán ver los rasgos que permitirán decir si hay vida en otros planetas del Universo.


Según los datos recabados por ABC, la construcción del E-ELT, que está previsto que se inicie a finales del próximo año y finalice en 2018, tiene un presupuesto de 1.000 millones de euros, más 50 millones anuales para su mantenimiento, y tendrá un espejo primario de 42 metros de diámetro formado por 906 segmentos hexagonales, lo que le convertirá en el más grande del mundo. Unas cifras mareantes, sumado a su repercusión económica y científica, han destapado la carrera por hacerse con sus servicios.


Los dos únicos contendientes que han llegado a la recta final son la región de Antofagasta (Chile) y Canarias (España). Una carrera en la que nadie se atreve a pronosticar un ganador, ya que ambas candidaturas tienen sus puntos fuertes y débiles.


En tierras australes


En tierras australes, a unos 1.500 kilómetros al noreste de Santiago, en uno de los tres cerros que se han analizado, uno de los cuales se eleva a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, es donde Chile, la primera en hacer oficial su candidatura, plantea que se puedan construir el E-ELT. Sus cielos limpios son una de sus bazas, pero también que en el desierto de Atacama, el más árido de la tierra, la ESO ya ha instalado una gran infraestructura telescópica. Los emplazamientos chilenos propuestos para la instalación del supertelescopio son Tolanchar, Ventarrones, Vicuña Mackenna y Armazones, siendo este último el predilecto por estar a veinte kilómetros del observatorio Paranal, lo que ayudaría a reducir los costes de construcción y mantenimiento. Que la ESO lleve en el país andino más de 40 años instalada es también una ventaja para Chile.


En las cumbres de la isla de Palma, en el Roque de Los Muchachos a 2.426 metros sobre el nivel del mar, es donde España apuesta por la construcción del Supertelescopio Europeo. La isla palmera ya posee el complejo astrofísico más importante del mundo ubicado en el hemisferio norte y cuenta además con el mayor telescopio óptico del mundo, el Gran Telescopio de Canarias (Grantecan).


Reserva de la Biosfera


Además, otra de sus ventajas es la protección de sus áreas naturales, que abarcan casi toda la isla con la calificación de Reserva de la Biosfera y además cuenta con una Ley de Protección del Cielo que protege la contaminación lumínica garantizando la calidad de las observaciones nocturnas en uno de los cielos más limpios del plantea y protegidos por la Unesco.


En lo que respecta a estos factores científico-técnicos, varios expertos consideran que la candidatura de la isla de La Palma es superior a la de Chile por cuestiones como la sismicidad, que es muy elevada en el país americano y que puede ser crítica para grandes telescopios. Además, en la isla canaria solo habría que mejorar las infraestructuras básicas, mientras que en Chile habría que planearlas desde el principio porque el telescopio estaría en pleno desierto y habría que construir hasta las carreteras.


Por otro lado, la oferta chilena contempla, según consta en el comunicado oficial del Ministerio de la Presidencia, la cesión de unas 18.900 hectáreas alrededor del cerro Armazones, al igual que la creación de un área de protección lumínica alrededor de 36.200 hectáreas, para impedir en la misma la instalación de proyectos mineros. Además, se comprometen a garantizar también el acceso a la electricidad, ya sea por la conexión del observatorio al sistema interconectado central o del norte del país, o a través de una conexión gasífera para generar electricidad. También se habla de garantizar los accesos.


Suministro eléctrico


En cuanto a España, la oferta pactada entre los gobiernos central y canario, se compromete a mejorar la carretera de acceso al Observatorio del Roque de Los Muchachos, proporcionar suministro eléctrico según la necesidad del E-ELT, crear proyectos de sistemas de aprovisionamiento y recogida de aguas, telecomunicaciones, almacenes y residencia. En cuanto a la cesión de terrenos, formará parte de la oferta española, para emplazar el telescopio y las instalaciones de apoyo. No hace falta reservar el suelo para garantizar la calidad del emplazamiento astrofísico, ya que esto ya está garantizado por la Ley de protección del Cielo aplicada en toda La Palma.


Chile ofrece también una reducción de las horas de observación para los astrónomos chilenos en beneficio de terceros países. En la actualidad, el lugar donde se ubica un telescopio supone, según los acuerdos establecidos, un 20 por ciento de las horas de observación para el país que acoge el instrumento. Otra de las apuestas chilenas está en el suministro energético. Actualmente los telescopios que la ESO tiene en Chile reciben la energía a base de gas, más costoso. Un reto que, en La Palma, está solucionado a falta de aumentar ese suministro eléctrico que ya ha asumido el Gobierno de Canarias.


En lo que respecta a la propuesta económica, el Ministerio de Ciencia e Innovación que dirige la ministra Cristina Garmendia se ha comprometido a poner encima de la mesa 300 millones de euros. Chile, por su parte, ha valorado su propuesta de cesión de suelo y creación de diversas infraestructuras complementarias en unos 74 millones de euros.
ÁLEX HERRERA | SANTA CRUZ