El Vía Crucis de la Pía Unión, religiosidad, música, historia y leyenda

Aunque es un acto religioso y cuaresmal, como el Vía Crucis de la Pía Unión que tiene lugar en Sevilla cada primer viernes de marzo, también cuenta con una parte musical y otra histórica-tradicional, es por lo que yo hoy me refiero a esta celebración que se desarrollará mañana (19.00 horas) por las galerías bajas de la Casa Ducal de Medinaceli (conocida como Casa de Pilatos), presidida por el arzobispo Juan José Asenjo Pelegrina.


Y es a la parte musical a lo primero que hago mención, para informarles que correrá a cargo de la Coral San Felipe Neri, dirigida por Fernando España, y del organista Carlos Navascués, que interpretarán el Vía Crucis de Juan Antonio Pedrosa.


En cuanto a la histórica, creo que no viene mal recordar que este Vía Crucis, que se considera el origen de la Semana Santa hispalense, comenzó a celebrarse en 1521 a instancias del primer marqués de Tarifa y discurría desde su residencia (hoy la citada Casa Ducal) hasta la Huerta de los Ángeles, cercana al templete de la Cruz del Campo, para en 1630 cambiarse el itinerario, que finalizó desde entonces en el mismísimo templete —de ahí que sea también denominado Vía Crucis a la Cruz del Campo—, el cual se erigió, según unos en 1380 y según otros en 1482, por la Hermandad de los Negros (hoy de los Negritos).

En 1873 dejó de celebrarse, aunque a mediados del siglo pasado se creó la Pía Unión, que retomó la organización y celebración por el itinerario de antaño, pero sólo durante unos pocos años, pues desde mediados de los 60 se llevó a cabo por el interior de la Casa de Pilatos, como continúa haciéndose.


Y por lo que respecta al aspecto de la tradición, es referido al motivo de llamar Casa de Pilatos al palacio, pues aunque habrá infinidad de sevillanos que conozcan la leyenda, como también habrá otros muchos que no, voy a comentarlas dos que existen al respecto.

Una, que en 1519, durante una peregrinación que el citado marqués realizó a Jerusalén, comprobó con sorpresa que desde las ruinas del Palacio de Poncio Pilatos al Gólgota había la misma distancia que desde el suyo al templete, estableciendo con este motivo el Vía Crucis, que como comenzaba en el monumental edificio, éste empezó a ser llamado la Casa de Pilatos.

Y otra, que el pueblo lo bautizó así, no por la similitud de la distancia, sino porque en la Casa Ducal se iniciaba el Vía Crucis como si allí acabase de ser sentenciado Jesús por el prefecto de Judea, es decir, y en la voz popular, juzgado en la Casa de Pilatos.
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JOSÉ LUIS MONTOYA