Diversas versiones se tejen alrededor de las predicciones mayas de 2012 que, según algunos, vaticinarían el fin del mundo. Sin embargo, “los calendarios responden a las necesidades del hombre por organizarse en el tiempo”, afirmó a AIM el geólogo Juan Carlos Bertolini, quien explicó que “existen distintos almanaques para las diferentes sociedades y todos, salvo el del tiempo atómico que es exacto, son interpretados al libre albedrío”; por eso, “no se pueden relacionar las fechas cristianas con las indígenas”.
En diálogo con esta Agencia, Bertolini indicó que cuando hablamos de las predicciones mayas de 2012 debemos hacernos algunas preguntas, ya que la cuestión de los almanaques “responden a las necesidades del hombre por organizarse en el tiempo”.
“Así como el Imperio Romano lo tuvo a Julio César, quien conoce a Cleopatra para investigar el calendario de los egipcios, ya que cuando iban a un combate no se organizaban y todos tenían tiempos distintos. Por eso querían unificarlo”, ejemplificó.
Luego, en el siglo XIX, “se caracterizó por el Big Ben, ya que el Imperio Inglés se encontraba en todo el mundo y era el que marcaba la hora”, explicó y agregó: "hoy el tiempo es el impulso del átomo de cesio que lo mide de manera exacta”.
En ese sentido, aseguró: “salvo la medición exacta del átomo de cesio, los demás son todos tiempos virtuales impuestos por el hombre”. Por eso, los calendarios “se encuentran llenos de variaciones”. Así los persas, los judíos, los cristianos y los musulmanes tienen distintos almanaques”.
Asimismo, “contamos con el calendario maya y hay quienes dicen que es perfecto”. En realidad, “cada sociedad lo armaba de acuerdo a sus necesidades. Por lo tanto, relacionar los calendarios es erróneo”. Además “en esa cultura indígena no existía el fin del mundo. Todo eso es producto de las interpretaciones judeocristianas”.
Entonces, “¿cómo a través de las relaciones que se establecen entre los calendarios llegamos a la conclusión de que en 2012 se termina el mundo?, además ¿cómo puede ser esto posible si no tenemos un almanaque preciso?, esas son las primeras preguntas que nos debemos realizar cuando se habla de esas predicciones”, apuntó.
“Si los planetas o los satélites se alinearán se está estudiando y es posible que suceda y haya atracción e interacción entre las masas, pero todo esto aún no se sabe. Por ende, esto entra en el campo de la utopía y de las conjeturas”, afirmó.
Pero, ¿el 2012 qué año sería?
El geólogo explicó a AIM que “si tomamos el calendario gregoriano con respecto al romano, el 2012 ya pasó. Y si nos situamos en el maya, es distinto”. En ese sentido, “estamos haciendo una historia que no sabemos si es así, ya que los almanaques que utiliza el hombre, salvo el del tiempo atómico, son para la interpretación del libre albedrío”, remarcó.
Además “el hombre al haber llegado a un mundo tan material, tiene miedo a morir, queremos persistir y tener todo”. Sin embargo, “no hay que tener miedo ni preocuparse, los vaticinios de 2012 son conjeturas e incluso muchos indígenas mayas actuales alegan que esas especulaciones no son ciertas”, sostuvo.
Lamentablemente “por la celeridad de Internet y de los medios de comunicación, esa fecha generó un pánico y una desazón en la juventud por lo que es importante aclarar la información”. Además “se asocian todos los fenómenos naturales a señales de ese supuesto final”, señaló.
Hoy “no se sabe a ciencia cierta cuándo nació Cristo, si realmente fue el 25 de diciembre, tal como se dice. Muchos creen que, en lugar de ser de capricornio, sería de virgo ya que habría nacido en septiembre. También se dice que fue aproximadamente entre el séptimo y el cuarto año A.C.”.
Por eso, “en primer lugar, debemos preguntarnos en torno a la existencia del año 0” y, en ese sentido, aseveró: “nosotros partimos del 1”, aseguró Bertolini.
Influencias
Por otra parte, “la geología del siglo XIX se caracterizaba por pensar que todo se formaba por catástrofes”. Después, “dentro del cristianismo nos encontramos con los diluvianos, es decir, aquellos que creen en el diluvio universal y todo lo asocian a esa cuestión”.
“Así se generaron diferentes influencias. Entonces como el calendario maya termina en 2012, los catastrofistas lo toman e interpretan”, dijo y añadió: “según artículos científicos, este pueblo originario desaparece al autodestruirse debido a que no supieron conservar el medio ambiente que tenían”.
De este modo, “el calendario maya termina en ese año, pero eso no significa que se termina el mundo”, ratificó.
Algunos datos
Datos científicos establecen que, “astronómicamente hablando, el año nuevo se inicia el 21 de marzo, con el equinoccio de primavera boreal. Sin embargo, comenzó a festejarse el 1 de enero en función de la supuesta fecha de circuncisión de Jesús, rito judío que se realiza al octavo día del nacimiento”.
Al problema del día, "se agrega el de tratar de dilucidar qué año es el que se festejaría el 1 de enero, ya que hay diferencias sustanciales como aquella que establecen que Jesús nació siete años antes de su propia era y hace 500.000 años que el homo sapiens habita el mundo”.
En ese sentido, “el problema radica en que se sigue festejando el año nuevo 1 como inicio de la Era Cristiana, a partir de la circuncisión de Jesús, pero el homo sapiens habita este planeta desde muchos antes de esa fecha”.
Entonces, “¿cuál es el verdadero calendario? el año chino, el maya, el egipcio, el persa, el de los pueblos originarios, el del Big Bang o el de los astrónomos y astrólogos?”.
Voces mayas
Una nota de Mark Stevenson, publicada en el medio digital www.semana.com, de Colombia, analiza el calendario maya y las visiones apocalípticas.
El indio mayor maya, Apolinario Chile Pixtun, expresó a esa nota que “está cansado de que lo bombardeen con preguntas acerca del 21 de diciembre de 2012, cuando supuestamente se acaba el calendario del pueblo originario”, y agrega que “las teorías del día del juicio final surgieron en Occidente y que ese pueblo originario jamás habló del tema”.
En esa fecha “concluye un período importante para los mayas y algunas personas comprobaron que en 2012 habrá una serie de alineaciones astronómicas infrecuentes, incluida una que ocurre cada 25.800 años”.
El calendario
El calendario maya se trata de una tablilla de piedra hallada en una ruina perdida del sur de México, donde aparece el año equivalente a 2012. La inscripción describe algo que supuestamente va a ocurrir esa época que involucra a Bolon Yokte, un misterioso dios maya asociado con la guerra y la creación.
El arqueólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México, Guillermo Bernal, cree que lo que dice allí es que "bajará del cielo". Sin embargo el especialista hace notar que “hay otras inscripciones mayas donde aparecen fechas posteriores a 2012, incluida una que alude a lo que sería el año 4772”. Asimismo afirma que el Apocalipsis es un concepto "muy occidental y cristiano".
La civilización maya, que alcanzó su período de mayor esplendor entre 300 D.C. y 900 D.C., tenía muchos conocimientos astronómicos. Su calendario comienza en 3.114 A.C. y divide el tiempo en períodos denominados baktuns.
En ese sentido, el calendario Maya tiene una cuenta larga no repetitiva que culmina cada 394 años, momento en el cual comienza un nuevo período o Baktun. Por eso, el día 21 de diciembre de 2012 se marca el final de uno de ellos.
El año 2012 “marca el fin de trece ciclos de aproximadamente 394 años cada uno, cercano a un total de 5.126 años desde el comienzo del conteo, comenzando en 0.0.0.0 y terminando en 13.0.0.0.0”.
En pocas palabras, “el calendario Maya terminó en 12 ocasiones diferentes a través de la historia y en 2012 terminará por decimotercera vez, marcando el comienzo del decimocuarto Baktun (14.0.0.0.0)”.
Ahora, según algunas fuentes, “existen monumentos Mayas donde se establece que el momento de la creación fue en fecha 13.0.0.0.0 en lugar de 0.0.0.0.0, lo que sugiere que la era presente fue consecuencia de un mundo anterior que duró 13 períodos”.
Entonces, en 2012 culminaría un período de 13 baktuns (13.0.0.0.0), lo que para muchos implica que podría ser el fin o el comienzo de algo importante”.
El especialista en epigrafías mayas de la Universidad de Texas en Austin, David Stuart, dijo que "los mayas nunca hablaron del fin del mundo, nunca establecieron que sucedería algo malo".
Algunos dicen que los mayas conocían otro secreto: que el eje terrestre se balancea, cambiando ligeramente la alineación de las estrellas todos los años.
Una vez cada 25.800 años, el Sol, cuando alcanza su punto más bajo en el horizonte, se alinea en el centro de la Vía Láctea durante el solsticio de invierno.
Eso sucederá el 21 de diciembre de 2012, cuando dará la impresión de que el Sol asoma en el mismo sitio donde se pone el centro brillante de la galaxia.
Los científicos dicen que, “a lo sumo, los polos pueden cambiar ligeramente de posición a lo largo de millones de años y que no hay indicio alguno de que ese proceso vaya a comenzar en 2012, ni que el fin del mundo suceda ese año”.
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