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"La crisis no ha tenido un gran impacto en los lanzamientos"

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Desde que terminó sus estudios no ha abandonado la órbita espacial. Toda su carrera se ha desarrollado dentro del programa espacial europeo. Jean-Yves Le Gall ha tenido cargos importantes en el Ministerio de Industria francés, Novespacem, la agencia espacial CNES, Starsem y desde 2001 en Arianespace, el consorcio que preside y de cuyos logros más recientes, como los acuerdos con Rusia, se muestra muy orgulloso.En 2008, Arianespace lanzó seis Ariane 5 desde Kourou, lo que les permitió trasladar el vehículo automatizado de transferencia Julio Verne a la Estación Espacial Internacional y poner en órbita diez satélites de telecomunicación, el 50% de los lanzados con éxito en el mundo. Además, en 2008 logró 13 contratos de los 18 que salieron a concurso, más del 70%, y una cifra que según Le Gall "demuestra la confianza del mercado en Arianespace".
Pregunta. ¿Los resultados económicos han sido igual de satisfactorios que las entregas?
Respuesta. Hemos tenido un volumen de negocios de unos 950 millones de euros, con los que hemos logrado resultados equilibrados por sexto año consecutivo.
P. Y tendrán que seguir contando con el apoyo de Gobiernos y administraciones públicas, tal como reclaman periódicamente... ¿El respaldo actual no es suficiente para evolucionar y desarrollarse a la velocidad prevista?
R. En Arianespace hay un aspecto estructural y otro coyuntural. Respecto al primero, no hay ningún sistema de lanzamiento en el mundo que funcione sobre una base únicamente privada. Es totalmente necesario que haya un apoyo por parte del Gobierno, y, en la actualidad, el éxito de Ariane es el resultado de una asociación entre los Gobiernos y la industria espacial de Europa. En ese sentido, hagamos lo que hagamos, siempre vamos a necesitar al Gobierno. En cuanto al aspecto coyuntural, está marcado, obviamente, por la crisis económica actual. Y yo diría que, hasta la fecha, la estamos encajando bien porque tenemos un producto de muy buena calidad. En 2009 veremos cómo nos va, y no excluyo que, en caso de que fuera necesario, pidamos apoyo adicional al Gobierno.
P. ¿De qué manera les está afectando exactamente la crisis?
R. Por ahora, las consecuencias son limitadas, ya que los grandes operadores o los operadores con un fuerte apoyo internacional, como es el caso de Hispasat en España, no se ven afectados. Pero no ocurre lo mismo con los operadores más frágiles, como los de países emergentes, que necesitan créditos y corren más riesgos. Lo cierto es que en 2007 salieron a concurso 25 contratos, y en 2008, sólo 18. Y en 2009 espero que se complete una veintena.
P. Parece que a partir de 2010 van a tener tres niveles en su oferta de lanzamientos...
R. Sí, vamos a tener una estación de lanzamiento con Ariane 5, Soyuz y Vega, y esto va a cambiar mucho el tamaño de la compañía. Con Ariane 5 seguiremos lanzando grandes satélites de telecomunicación y cargueros a la Estación Espacial Internacional. Con Soyuz, pequeños satélites de telecomunicación y cargas útiles a las órbitas polares. Y luego llegará Vega, para pequeñas cargas útiles, con un gran futuro porque dentro de unos años será la única lanzadera de esas características.
P. ¿No temen la absorción de tecnología por parte de Rusia?
R. Son lanzaderas complementarias, no entran en competencia. Ariane 5 tiene una capacidad tres veces superior a la de Soyuz y un precio que es casi el triple. Y con Vega es más o menos igual. Somos como los fabricantes de automóviles que venden modelos de lujo, medianos y pequeños. Y la ventaja de la estación es precisamente que no hay canibalismo entre lanzaderas.
P. ¿Ocurre lo mismo con su colaboración con India y China?
R. Son países con los que Europa coopera de manera distinta. Arianespace ha lanzado casi todos los satélites de telecomunicaciones indios; el último, en diciembre, y vamos a lanzar otro a final de año. Las lanzaderas indias no tienen el rendimiento suficiente para lanzarlos. En cuanto a China, hay cooperación a nivel estatal, pero hoy no está presente en el mercado comercial por las limitaciones que impone EE UU respecto a los componentes. Una reglamentación que debería cambiarse. Supondría una ventaja para Arianespace, que en los últimos 30 años ha lanzado 265 satélites para 61 clientes. Son argumentos importantes con vistas a una posible entrada de China en el mercado.
P. ¿Están previstos cambios en la propiedad de Arianespace?
R. El 34% del capital pertenece a la agencia CNES, que, de hecho, es el Gobierno francés, y el resto está dividido entre los socios industriales europeos que fabrican Ariane, Safran, Avio, Aerospace... Construcciones Aeronáuticas (CASA) es accionista a través de EADS y tiene un miembro en el consejo de administración. Es una organización que funciona y no pensamos cambiarla, al menos a corto plazo.
P. ¿Está en peligro el plan de inversiones previsto?
R. No. En la última conferencia ministerial de los Estados miembros de la Agencia Espacial Europea se plantearon decisiones muy importantes que desencadenaron una reflexión sobre la continuación de Ariane 5, y todos ellos decidieron seguir con las inversiones, lo que nos ha llevado a organizar una reunión para 2011 en la que decidiremos el futuro. De momento, la crisis no ha tenido un gran impacto en las inversiones de los lanzamientos europeos.
P. ¿Cuándo puede haber lanzamientos de naves tripuladas en Europa? ¿El acercamiento con los rusos va a acelerar ese proceso?
R. 2008 ha sido un año muy importante para los vuelos tripulados europeos. Se han culminado proyectos diseñados hace 10 años, como el laboratorio Colombus y el carguero ATV. Europa es uno de los principales actores en el ámbito de los vuelos tripulados. La pregunta que se plantea ahora es saber si Europa va a adquirir la capacidad de lanzar a cosmonautas. Es cierto que Soyuz puede ser la respuesta. También es verdad que se pueden desarrollar sistemas europeos, pero todo esto exige unos presupuestos importantes que se estudian a nivel estatal. Pero si un día se decide lanzar cosmonautas al espacio, Arianespace desempeñará un papel central en el proyecto.
P. ¿La industria española seguirá presente en esos proyectos?
R. Por supuesto. La industria espacial española tiene un papel clave. En lanzaderas hay componentes que se fabrican aquí, en Madrid. CASA construye una pieza de fibra de carbono muy importante: el faldón que une la primera y la segunda planta de Ariane 5, un elemento enorme de cinco metros de diámetro y varios metros de altura. Fabrica también los adaptadores de satélites, que son piezas muy complicadas con tecnología de muy alta gama. Y hay varios industriales que suministran equipos para Ariane. En cuanto a los satélites, están los dos operadores españoles, Spainsat e Hispasat, con los que hay una relación privilegiada.
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