El ideal de belleza puede favorecer que la alimentación se convierta en un trastorno de salud

El cambio en el ideal de belleza favorece que la alimentación se convierta en un trastorno de salud con consecuencias muy serias para algunas personas, pues existe incluso el riesgo de muerte si no se tratan bien.

El psicólogo Fernando Fernández Aranda, del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Obesidad y la Nutrición (CiberObn) resalta que a principios del siglo pasado el modelo estético más valorado exigía cutis perfecto, sin arrugas y tez blanca; proporción en silueta corporal; y no obesidad, sin delgadez extrema. En la actualidad se valora la delgadez extrema, el bajo peso y tallas pequeñas, la preocupación extrema por el tipo de alimentos ingeridos y la musculación en varones.

Riesgo de trastorno

La alimentación se transforma en un trastorno, según este especialista, cuando una persona no come lo que quiere y cuando quiere y tiene miedo a ganar peso de forma incontrolada. También cuando una persona no come en función de su necesidad biológica, sino en función de cuanto prefiere pesar. Y un tercer riesgo a tener en cuenta es cuando no comienza a comer cuando siente hambre, ni para de comer si se siente saciado.

Fernández Aranda indica que persisten mitos en torno a la alimentación y el peso, como que la grasa y azúcares engordan, que existan alimentos buenos y malos, que si se empieza a aumentar de peso no se para hasta engordar, que el peso biológico es modificable, que el peso son unos kilos en concreto, o que si se deja de comer se baja inmediatamente de peso.

En estos trastornos confluyen factores socioculturales, individuales, familiares y biológico-genéticos, sostiene el experto.