José Manuel Otero Lastres presenta hoy su novela La niña de gris en El Corte Inglés. No existe relato mas nostálgico y a la vez mas gratificante; ni mas lleno de vida a pesar de gravitar sobre la memoria de alguien que murió hace sesenta y seis años. Porque no es solo una novela, es un armonioso canto a la vida, al amor, a la amistad a la belleza, a la sencillez, al orden, a la sensatez, a la sabiduría y en definitiva, por qué no, a la muerte.
Y debería ser de obligada lectura en una sociedad cada vez mas alejada de los valores que dignifican al ser humano.
Porque la vida para Manuel, tal y como se refleja en su novela, no la llenan los títulos y honores, sino cosas tan sencillas como el amor en libertad, la intimidad recóndita que solo se comparte con los seres mas queridos y próximos, la fuerza de una comunicación sin palabras -”lo cual solo se consigue con una mirada limpia-”. Porque no es bello lo que vemos sino lo que sentimos. Porque la sencillez mantiene tus pies sobre la tierra y evita los desafortunados ascensos a pedestales de vanidad y soberbia. Porque no podemos olvidarnos de escuchar la sabiduría de la calle, de quienes todo lo aprenden de la experiencia y la observación.
Porque a veces es necesario sufrir con el recuerdo de la ausencia y sentir un gran dolor que nos ayude a descubrir donde se esconde el alma en el cuerpo. Y, finalmente, porque Manuel nos empuja con su novela a vivir y amar intensamente; de esta manera nos asegura que la vida se irá dulcemente, antes de que la muerte venga a buscarnos. Estos y otros muchos sentimientos fluyen de la lectura de La niña de gris , novela que durante unas horas te traslada al mundo del alférez Miguel y despierta en nosotros esos sentimientos que todos llevamos dentro y consciente o inconscientemente ignoramos en nuestro frenético empeño de vivir aceleradamente.
Opinión begoña muñiz bernuy
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