La cena de fin de año, tradición perpetua

En los hogares salvadoreños no falta este día una abuela , una madre o una tía que desde tempranas horas empiece a preparar los ingredientes de las comidas que esta noche despedirán el año viejo y darán la bienvenida al año nuevo.

La tradición no deja afuera los tamales de gallina, el pollo en salsa de tomate y a los que el dinero no les alcanza, se conforman con ingerir los tradicionales frijoles, queso o lo que algún buen samaritano les dé.

A los que el bolsillo les da para más, la variedad es diferente, porque degustan desde un pavo horneado, un lomo relleno, salmón, lechón o carne de ternera.

Esto acompañado con bebidas embriagantes como el vino, rompope, vodka, ron, whisky, cervezas, “chaparro”, entre otros.

La navidad y el fin de año son fechas muy esperadas por todos, ya que el significado de esta época es compartir, ayudar a quien lo necesite y vivir las tradiciones en su máxima expresión.

Pero la tradición, tanto en navidad como en fin de año, no está completa sin las recetas, que hacen de esta época una en fecha tan especial.

Cenar con pavo, gallina, pollo o cerdo depende del gusto y de lo que el bolsillo le dicte al buen salvadoreño.

En los hogares no falta el famoso pollo encervezado; que se deja preparado desde un par de días antes en su salsa para que le impregne sabor. Tomates en abundancia, cebollas, relajo, ajo y por supuesto, la cerveza son ingredientes que no le pueden faltar.

Las familias dicen buscar la “receta más fácil de preparar”, pero que deje huella en los comensales.

Para los menos exigentes, los panes con pollo son una alternativa, económica y muy práctica en su elaboración, pues dicen que “solo basta con hacer una buena salsa para darle sabor”.

Los infaltables son los tradicionales tamales de gallina o pisques. Un buen caldo, papas ejotes, la masa en su punto y las hojas de huerta harán de este un exquisito platillo en fin de año.

Sin embargo, los más tradicionalistas preferirán el pavo, preparado con una salsa muy bien condimentada y un arroz especial para acompañar.

Pero luego de la cena, las doce uvas no pueden faltar, para que llamen la “buena suerte” y que todos los deseos se cumplan en el año que está por comenzar.

Las fiestas dicembrinas son disfrutadas por todos los salvadoreños, una época en la que se comparte, se da la mano al que lo necesita.

El fin de año, muchos lo esperan con ansias, no solo por el pavo o el pollo encervezado, por los calendarios o los regalos que puedan recibir, sino porque se cierra un ciclo más en el que hubo tristezas y alegrías y ven la llegada del nuevo año como una oportunidad de mejorar sus vidas.