Arte y tradición se funden en Campillos

EL Domingo de Ramos arranca la Semana Santa de Campillos a lomos de la borriquita. La Pollinica, la más joven de las hermandades que se procesionan en la localidad, cuenta con 200 penitentes que acompañan a Jesús a su Entrada Triunfal en Jerusalén y a María Santísima de Gracia y Esperanza el Domingo de Ramos.


El Lunes y el Martes Santo son días para la reflexión y de traslados en Campillos, días en los que las cofradías y hermandades se afanan por ultimar los pequeños detalles de su estación penitencial y los devotos esperan ver aparecer al Niño Chiquito la noche del Miércoles Santo. Ya de madrugada, la 'canción del costalero' hace bailar al Dulce Nombre de Jesús, imagen de un niño de pasión, sobre los hombros de los sayones, como se denominan en Campillos a los portadores de tronos.


Se trata sin duda de una de las tradiciones más arraigadas en Campillos y de uno de los momentos más esperados de la Semana Santa en esta localidad. María Santísima del Socorro le sigue detrás compungida. Una treintena de mantillas, 13 consiliarios, 20 romanos y 250 penitentes forman el cortejo profesional del Dulce Nombre. La misión del consiliario, figura típica campillera, es prestar ayuda a aquel que lo necesite durante la procesión, además uno de ellos suele portar un instrumento musical para dar avisos al cortejo.


El Jueves Santo la plaza de España es un hervidero de fieles. Cientos de personas esperan la estación penitencial de la Real y Venerable Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y María Santísima de los Dolores, que en su quinto dolor llora bajo palio. Hasta 1.160 hermanos forman parte de esta hermandad, en la que 235 portadores de trono llevan majestuosamente al Santísimo Cristo de la Vera Cruz, en el momento de la expiración, y a María Santísima de los Dolores.


La mañana del Viernes Santo es la mañana de Jesús en Campillos. A las once, Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Misericordia y María Santísima de las Lágrimas parten de su casa hermandad en la calle Puerta de Teba despertando el fervor de los corazones más devotos y el respeto de los visitantes.


El momento de mayor admiración nace al escuchar las numerosas saetas que desde aceras y balcones cantan a los titulares de la cofradía: una Dolorosa de candelero de 1944, obra de Antonio Castillo Lastrucci, y una imagen pasionaria con la cruz a cuestas realizada por José Navas Parejo en 1937. El cortejo, compuesto por 13 consiliarios, 22 romanos, 275 penitentes y 57 miembros de banda, se emocionará como nunca al escuchar las saetas del Viernes Santo.
El Santo Entierro
Al anochecer, la sobriedad y el silencio se extienden por el pueblo. El Santo Entierro de Cristo comienza su estación penitencial a las diez y media de la noche. Durante cuatro horas los fieles lloran en silencio ante la imagen de Cristo yacente que Francisco Palma Burgos realizó en 1948. María Santísima de las Angustias mira suplicante al cielo mientras camina tras su Hijo.


La archicofradía, la más numerosa de Campillos con 1.360 hermanos, de los que 754 son penitentes, 15 consiliarios, 20 timbales del Señor y 62 mantillas, fue fundada en 1550 y cuenta desde hace años con el acompañamiento de La Legión. Los dos sagrados titulares ofrecerán momentos de gran belleza espiritual como el toque de oración en la calle Real, el paso por la casa hermandad del Dulce Nombre o el encierro, previsto para las dos y media de la madrugada.


El júbilo vuelve al rostro de los fieles el Domingo de Resurrección con el desfile procesional de la imagen de Jesús Resucitado. La iglesia de Santa María del Reposo se abre para que el Resucitado procesione en el trono que estrenó en 2009 elaborado en los talleres de Cristóbal Martos en la capital malagueña. A lo largo del año pasado, la Agrupación de Campillos ha conseguido habilitar unas dependencias contiguas a la antigua ermita de San Sebastián para albergar el nuevo trono.
CARMEN MARTÍN