Astronomía y ecoturismo en Chapa de Mota

Durante una década, el observatorio astronómico Las ánimas, localizado en Chapa de Mota, estado de México, permaneció abandonado. Un año después de su reapertura y con apoyo de expertos de la UNAM, las autoridades de ese municipio buscan convertirlo en el imán de un polo ecoturístico donde confluyan ciencia, educación y recreación.


El observatorio fue construido por el gobierno mexiquense en un parque municipal ecoturístico, en la cima del cerro de Las ánimas dentro de una zona boscosa con más de 6 mil hectáreas sujeta a protección ecológica estatal. Luego fue entregado a la Sociedad Astronómica de México (SAM) para su operación y resguardo en 1981. Pero por falta de apoyo presupuestal dejó de funcionar de 2000 a 2010.

Ahora, con recursos económicos provenientes del gobierno local y la asesoría técnica y operativa de investigadores del Instituto de Astronomía de la UNAM, la rehabilitación del observatorio está prácticamente concluida con la digitalización de los controles de sus tres telescopios, que junto con otros equipos ya están a disposición de los visitantes durante los fines de semana.

“Estamos orgullosos de tener este observatorio, que por falta de interés e inversión de algunas autoridades municipales (de la anterior administración) había estado descuidado”, comentó el alcalde de Chapa de Mota, Joaquín Cruz Salazar.

“Hemos invertido casi 800 mil pesos en recursos municipales para mejorar las vías de comunicación (que dan acceso al lugar) y arreglar las instalaciones del observatorio”, añadió.





Investigación también tendrá cabida

El observatorio para aficionados, que abarca un espacio no mayor a una hectárea, cuenta con tres inmuebles: uno a la entrada funciona como albergue para estadías prolongadas de los visitantes. Los otros dos, localizados decenas de metros más arriba, en la cima, alojan a los instrumentos astronómicos.

Uno de estos últimos edificios contiene al telescopio reflector Géminis, el mayor de todos, con un espejo de 60 cm de diámetro, que fue donado por el IA desde la inauguración del observatorio. El segundo inmueble posee dos cúpulas y dos telescopios: uno reflector con un espejo primario de 35 cm y otro refractor con una lente de 10 cm de diámetro y un filtro solar.

Este segundo inmueble posee también una puerta corrediza para una cámara Schmidt de 35 cm y un heliostato, que proyecta la imagen del sol en un espejo plano. Todos estos aparatos ayudarán al visitante a conocer de manera lúdica y presencial cómo trabaja un astrónomo e incluso podrán manejarlos y hacer sus propias observaciones, bajo la asesoría de miembros de la SAM.

La astronomía a nivel profesional también tendrá cabida en Chapa de Mota, pues pese a su cercanía con Toluca y el DF y sus cielos a veces nubosos, aún posee bajos niveles de contaminación lumínica por tratarse de una zona rural rodeada de cultivos y a una gran altitud. Para ello José Enrique Anzures, director del observatorio, gestiona la asignación del mayor de los telescopios para su uso de tiempo completo en la investigación científica.

Se colocarán al aparato un interferómetro de motas (que con múltiples tomas por segundo corrige distorsiones de imágenes ocasionadas por la atmósfera) así como un fotómetro, para medir la intensidad de la luz de los objetos observados, según informó Anzures, quien fue distinguido con el segundo lugar en el Premio a la Juventud 2010 de la Asamblea Legislativa del DF en la categoría de actividades académicas, científicas o profesionales.

El telescopio Gémini permitirá así estudiar estrellas variables, además de rastrear supernovas. “Se hará una invitación a las escuelas del estado, para que los estudiantes vengan a explorar en compañía de sus padres”, adelantó por su parte Cruz Salazar, quien buscará el apoyo financiero del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología para seguir con esta iniciativa.

Más información en: http://www.sociedadastronomica.org.mx/

Guillermo Cárdenas Guzmán | El Universalguicardenas@hotmail.com