El de las atribuciones, autentificaciones y descubrimientos de obras de arte es un mundo tan fascinante como inestable. Tomen el caso de Rembrandt, por ejemplo: su catálogo llegó a las 600 referencias en 1908, quedó en solo 45 en 1923 y acabó por remontar hasta el centenar escaso, reconocido recientemente. El caso de Goya, pendiente de una catalogación definitiva reclamada permanentemente por los expertos, es un asunto abierto y propicio a sorpresas permanentes.
Tras la desestimación de El Coloso y la polémica atribución de su firma a La Piedad, la próxima edición de la Feria de Antigüedades de Maastricht, que se celebrará entre el 18 y el 27 de este mes, servirá para presentar en sociedad El apóstol Santiago y sus discípulos adorando a la Virgen del Pilar, una obra de juventud de Goya que hasta ahora ha permanecido en los salones privados de la Fundación Rosillo.
El óleo, de 107 x 80 centímetros, fue pintado entre 1775 y 1780 y se exhibirá a partir del próximo miércoles en el stand del anticuario madrileño Caylus. Su precio estimado de cara a una futura venta es de 4,5 millones de euros. Es una puesta de largo de la tela para presentarla a los expertos internacionales habituales de la feria holandesa, pero también a futuros pretendientes. Compradores que, forzosamente, han de ser españoles, debido a la inexportabilidad de la obra. Además, el Estado puede ejercer el derecho de retracto.
Se cree que este lienzo grupal pudo ser pintado para la basílica del Pilar. Representa al apóstol Santiago rezando con sus discípulos a la orilla del Ebro junto a las murallas de la ciudad de Zaragoza en el momento en el que se les aparece la Virgen. El colorido y composición recuerdan a los utilizados en el lienzo que el artista pintó para uno de los altares de la iglesia de San Francisco el Grande: La predicación de San Bernardino de Siena (1781-1783).
En la recopilación documental de la obra (Estudios del Marqués de Lozoya y Gudiol) se cuenta que la primera imagen conocida de Goya que representa a la Virgen del Pilar es un dibujo a lápiz de una de las páginas del llamado Cuaderno italiano, realizado hacia 1770 y que sirve de punto de partida para el pequeño lienzo de este tema (56 x 42,5 centímetros), que pinta hacia 1771-75 y que es propiedad del Museo de Zaragoza. Goya representa con gran realismo la diminuta talla gótica que preside la Basílica del Pilar. Esa misma imagen la reproduce en el óleo que ahora se presenta en Holanda, pero con composición mucho más compleja y de mayor tamaño. Los discípulos rodean la aparición milagrosa con una mezcla de temor y devoción. La gran aureola ilumina la escena y a los personajes; todos ellos barbados y de edad avanzada, salvo el joven del extremo izquierdo, cuyos rasgos podrían recordar al artista en esos años.
José Antonio Urbina, propietario de Caylus, explica que el óleo está en perfecto estado y asegura que solo ha sido necesario hacer una pequeña operación de limpieza. "El hecho de no haber cambiado de manos ha sido importante", asegura. Sobre las expectativas de venta, reconoce que la obra carece de licencia definitiva de exportación. Viaja con un permiso provisional con billete de ida y vuelta. Sobre los posibles clientes, prefiere no decir nada aunque, con seguridad, serán coleccionistas españoles, públicos o privados.
ÁNGELES GARCÍA - Madrid
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Etiquetas: Arte, Cultura, Economia, Empresa, Información, Museo, Noticias Generales, Persona | author: BuscadorPosts Relacionados:
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