Los bebés pueden diferenciar entre la felicidad y la ira

* Los bebes no son indiferentes a las emociones transmitidas a trevés de la voz de las personas a su alrededor. Ya a los cuatro meses de edad, el cerebro de un recién nacido es capaz de procesar información escuchada.

Los bebés son capaces de procesar señales vocales y emociones desde edades muy tempranas: a los siete meses comienza la especialización de las regiones en el cerebro en las que se procesan las voces, indicaron investigadores alemanes en la revista "Neuron".

El cerebro procesa estímulos acústicos en el centro de la audición. A partir de estudios con adultos, se sabe que determinadas regiones están especializadas en el procesamiento de voces y su expresión emocional. Dependiendo del semitono se produce un procesamiento específico.

El cerebro hasta tiene un nivel de selección tal, que las señales que significan peligro tienen prioridad en el procesamiento. Los científicos encabezados por Angela Friedericis del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y del Cerebro Humano en la ciudad alemana de Leipzig investigaron cuándo y cómo se desarrolla esa región del cerebro.

Estímulos vocales y no vocales

Para ello se probaron las reacciones a voces, música y ruidos de la vida diaria, la naturaleza y los animales de bebés de entre cuatro y siete meses. Además, los especialistas analizaron cómo reaccionaban los bebés de siete meses a emociones como la felicidad y la ira, así como la neutralidad.

Con cuatro meses, los bebés podían diferencias entre estímulos vocales y no vocales, pero el procesamiento de voces análogo al de los adultos se da a partir de alrededor de los siete meses. Los resultados de los estudios pueden ser significativos para la comprensión del autismo, indicaron los investigadores.

En estudios previos, los expertos comprobaron que los adultos autistas presentaban un trastorno en el procesamiento de las voces. Según los nuevos resultados obtenidos, las regiones en el centro de audición responsables del procesamiento de las voces se especializan muy temprano, lo que podría significar que los procesos de desarrollo que están perturbados en los autistas podrían ser identificados a edades muy tempranas, indicaron Friedericis y colegas.

Fuente: www.diariosalud.net