Es un hecho que en el planeta se está produciendo un declive a gran escala de muchas especies animales y vegetales. En muchos casos, el calentamiento global está detrás de esta situación, junto a otros factores, como la fragmentación del hábitat, la introducción de especies invasoras o la aparición de hongos patógenos, como está ocurriendo con los anfibios. En el caso de los lagartos y las lagartijas es el cambio climático por sí solo el vector que les conduce inexorablemente a la extinción, que ya se está produciendo, según un estudio que se publica en «Science» y en el que han participado 26 investigadores de doce países, entre ellos España.
«Las extinciones debidas al cambio climático ya están aquí, no son cosa del futuro», aseguró Barry Sinervo, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de California en Santa Cruz (Estados Unidos) y del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia.
La investigación, que presentaron ayer en Madrid el propio Sinervo, el investigador del CSIC Ignacio De la Riva y el profesor Jean Clobert (del CNRS), partió de un estudio sobre una especie de lagartija de Europa, la lagartija de turbera, que también se encuentra en el norte de España. Cuando después de un tiempo el equipo regresó a los lugares de observación en Francia, Sinervo descubrió que un 32% de las poblaciones había desaparecido. Al mismo tiempo, se observaron también extinciones en México en especies de lagartijas del género Sceloporus, pese a que su hábitat aparecía aparentemente intacto.
Adaptarse o morir
Como explica Ignacio de la Riva, del CSIC, los reptiles no pueden regular su temperatura corporal con independencia de la que hay en el exterior. Así, en los estudios que se hicieron en México — a partir de un modelo artificial de lagarto con microchips que midió la temperatura en diferentes condiciones durante cuatro meses— se vio que con el aumento de las temperaturas estos saurios tenían menos horas al día en las que podían salir de sus escondrijos para alimentarse o criar adecuadamente.
«Supimos entonces que las extinciones serían globales», señala Sinervo. Con esas variables fisiológicas relacionadas con la regulación térmica de los reptiles y con los diferentes escenarios globales de aumento de temperaturas manejados por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), los investigadores elaboraron un modelo matemático de riesgo de extinción.
Y las conclusiones no son nada halagüeñas: el 6% de las especies de saurios del mundo se extinguirán en 2050 y un 20% lo habrán hecho en 2080. En total, unas 1.300 especies de las 5.100 especies de saurios conocidas. En la actualidad, los "puntos calientes" de extinción son Madagascar, Australia y Suramérica.
Los investigadores advierten que ya es muy difícil evitar la extinción de estas especies en 2050, por el efecto inercia del cambio climático, explica Barry Sinervo, pero sí se pueden tomar medidas para que no ocurra lo mismo en 2080.
Las especies más amenazadas van a ser las de montaña, sobre todo en zonas tropicales, porque, según explicó De la Riva, «tienden a cambiar su área de distribución altitudinalmente, es decir, si una especie vive en una zona fría y el clima es cada vez más caliente va a necesitar ir subiendo y en algunos casos se va a encontrar con que ya no tiene a donde ir». A esto se añade el hecho de que las especies de tierras bajas van a colonizar cada vez zonas más altas y van a ir desplazando a las de la montaña. Esto es, el cambio climático les pone en la senda de la extinción y «la competición de otras especies completa el trabajo», concluye Sinervo.
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