El acto sexual es complejo. Compromete en igual medida el cuerpo, la mente, las emociones, los permisos, los prejuicios... La sexualidad cambia con los años, se vuelve menos perentoria, requiere más tiempo y más caricias. Y, fundamentalmente, la posibilidad de aceptar los cambios sin críticas.
Los cambios no necesariamente significan pérdida. Entenderlo es el primer paso para aceptarlos y encontrar un nuevo erotismo centrado más en el placer de recibir y dar que en el resultado numérico.
Tarea más difícil para los varones, a partir de los cuales se ha escrito y reglado lo que es ``normal'' en el sexo. Sobre todo para ellos la frecuencia en las relaciones sexuales se confunde con el ``éxito''. Si persistimos en considerar la sexualidad desde el rendimiento numérico, estaremos en déficit. Cantidad no significa obligatoriamente calidad.
A estas alturas de la vida cada uno sabe qué le gusta y cómo le gusta; sólo falta animarse a ponerlo en práctica y mostrarlo abierta y claramente al otro.
Cuestionar los prejuicios que afirman que la sexualidad debe ser de ésta o de aquella manera es un primer paso efectivo. Saber que valen tanto los juegos recíprocos como la penetración, las caricias como la erección, el goce mutuo como la masturbación a solas o compartida, la literatura erótica, los videos, los masajeadores, los...
No hay edad para la sexualidad, ésta dura toda la vida.
Hombres y mujeres pueden sentirse temerosos de mostrar su deseo sexual frente a una conquista. Muchos se incomodan al no poder expresarse con libertad y compartir con su amante los modos de satisfacción que tan fácilmente encuentran en la masturbación.
Pero, al llegar a los 50, ¡qué oportunidad para cultivar la pasión!
Empecemos por liberarnos de prejuicios que obligan a una sexualidad ``ejecutiva'' y atendamos nuestros especiales tiempos y modos de disfrutar.
¿Quién les dijo a ellos que tenían que apresurarse para lograr una erección? ¿De dónde surgió la idea de que las mujeres queremos un varón siempre listo para la penetración?
¿Quién obliga a las mujeres a llegar al orgasmo? ¿Por qué éstas no se atreven a decir claramente cuáles son los tactos y contactos que le producen placer?
Tanto ellos como ellas requieren tiempo, libertad y franca confianza para explorar la riqueza de los juegos eróticos relajados. Y descubrir que el sexo puede ser más divertido cuando se negocian los obstáculos.
El tiempo de respuesta más prolongado del varón, la libertad de la mujer que conoce su cuerpo y se ha ganado el derecho a expresarlo, el permiso al goce que otorga la madurez, la seguridad de que no existe el riesgo de embarazo, los debidos cuidados para evitar infecciones sexuales y la confianza del encuentro sinceramente compartido brindan una magnífica oportunidad para disfrutar del erotismo sexual sin limitaciones. Incluso frente a una nueva conquista.
Si estás en la década de los 40, 50, 60, 70 o más años, si te sientes bien contigo misma(o), si puedes compartir ese bienestar y seguridad interior con tu pareja o amiga(o), el buen sexo fluirá fácilmente y a cualquier edad.
Las próximas columnas tratarán sobre la sexualidad en la andropausia y en la menopausia. •
La Dra. Blasco es médico, sexóloga y psicoanalista, y autora de `Camino al orgasmo' y `Menopausia, una etapa vital'.
dsb@doctorasoniablasco.com
By DRA. SONIA BLASCO
Especial/El Nuevo Herald
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La sexualidad a los 50
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