La gran mentira sobre el Papa negro

Es recurrente a la vez que ciertamente irreverente, alargar el brazo de la palabra y el supuesto conocimiento, y sacar a la palestra en el transcurso de una conversación informal, la tan escuchada sentencia que otorga al difunto astrólogo y profeta Michel de Nôtre-Dame, conocido como Nostradamus, una profecía protagonizada por un Papa negro, un pontífice, engalanado por sus blancas telas y destacado por su piel negra.


Y no son pocos los años que llevamos dando por buena la supuesta profecía, llegando incluso a ser más conocido el magno visionario por este particular que por otras muchas predicciones y textos publicados por él, antes de fallecer allá por el año 1566. Y así, se ha hecho popular lo de la profecía del Papa negro, esa que entre adivinanzas y claves, asevera que cuando llegue el gobierno de un pontífice de raza negra, llegará el fin de los días, el mundo tocará los acordes de su final y la vida desaparecerá de la faz de la Tierra, incluso desaparecerá ella misma como planeta.

La conclusión que a priori podemos sacar es la de que el majadero Nostradamus a parte de profeta, era un hombre con poros xenófobos y ciertas dosis de mala destreza en las artes del presagio.

¡Una grandísima y rotunda mentira!

Con el robusto y desesperante libro “Las verdaderas centurias astrológicas y profecías” entre mis manos, no han sido pocas horas, durante muchos meses y algunos años, los que he dedicado a estudiar cada párrafo e intentar dar sentido a tanta complejidad gramatical. Algunas personas señalan el sentido de la inventada profecía, en las siguientes líneas:

XC
Cien veces morirá el tirano inhumano,
puesto en su lugar sabio y bondadoso,
todo el Senado estará bajo su mano,
enojado por maligno temerario.

XCI
Clero romano el año mil seiscientos y nueve,
en la cumbre del año se hará elección:
de un gris y negro de la Compañía salido,
que nunca fue tan maligno.

Centuria 2, cuarteta 62
Mabus pronto morirá, aquí empezará
un horrible destino para bestias y gentes:
para quien la busca, la venganza llegará,
cien, sed y hambre cuando el cometa pase.
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Podemos buscar y rebuscar entre tanta palabrería discordante y asonante, y no lograremos atisbar ni de lejos, la afamada frase lapidaria que nos hable de la llegada de un Anticristo reencarnado en la figura de un Papa de raza negra.

Claro que al bueno de Nostradamus, este otorgamiento de aquello que nunca dijo ni predijo, le ha salido rentable, y no es extraño aún hoy en día, acudir a una librería y encontrarnos mil versiones diferentes de sus centurias. Y ocurre algo sumamente curioso en este sentido, y es que preguntes a quien preguntes, aunque sea profano en la materia, te asegurará y jurará, que Nostradamus dejo escrito para los tiempos venideros, que el Anticristo llegará desde las entrañas de la propia Iglesia Católica, marcado por su piel oscura.

Ahora bien, es posible que la figura del Papa negro esté sujeta a otro tipo de interpretaciones, más o menos acertadas y por supuesto, siempre dentro del mundo de las conspiraciones y derivados. De este modo, me atrevo a plantear dos variantes o posibilidades, que justifiquen la supuesta llegada de un Papa negro.

Por una parte, situamos nuestro GPS con las coordenadas de los EE.UU., y concretamente en la figura de su actual presidente Barack Hussein Obama. Es cierto que en la época en la que surgen la mayoría de las profecías y pseudo adivinanzas, el poder estaba bajo los auspicios de la jerarquía eclesiástica, y era en la figura de su “jefe supremo, en la Tierra”, el Santo Padre, en quién recaía todas las grandes bolsas de poder que regían el Mundo. Por tanto, y si extrapolamos la supuesta profecía, tendríamos al presidente de los Estados Unidos de América, país que sin lugar a dudas ostenta en los tiempos actuales, el Poder económico y militar, y eso sin olvidarnos de su origen afroamericano, por tanto, de raza negra.

¿Sería entonces el presidente Obama el Papa negro?, ¿Sería el presidente de los EE.UU. el anticristo? Amigo lector, no seré yo, quien afirme tan magno despropósito.

Pero barajemos la segunda posibilidad, quizás tan descabellada como la anterior… o quizá no.

El Jefe del Estado Vaticano y Sumo Pontífice de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, Joseph Alois Ratzinger, autodenominado como Papa con el nombre de Benedicto XVI, arrastra la sombra de un pasado variopinto pero lleno de tonalidades sombrías, entre las que supura de forma permanente el hedor de su pasado como militante de las Juventudes Hitlerianas, y el desempeño de su labor como estratega nazi, participando en la idealización y puesta en servicio de sistemas anti tanque, dejando un considerable reguero de sangre y muerte.

El actual Papa de la Iglesia Católica, lleva un amplio currículum a sus espaldas, destacando de sobremanera sus postulados y escritos sobre la homosexualidad y el trato que se debía dar a este colectivo y la cerrazón sobre cuestiones tan sensibles como las enfermedades letales en países del Tercer Mundo, todo ello bajo su mandato como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en tiempos del anterior Pontífice, Juan Pablo II.

Ajustándonos a su pasado embadurnado con sangre inocente, ¿podríamos afirmar que es Benedicto XVI el Papa negro del que habla la supuesta profecía? Amigo lector, y aún a sabiendas de que repito mi fuente gramatical, no seré yo, quién afirme tan magno despropósito.

¡Dios mío, si Nostradamus levantara la cabeza!

Limpiando las Teclas - Juanca Romero Hasmen

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