La industria audiovisual lleva años quejandose de la bajada en sus beneficios y durante este verano hemos visto como algunos grandes medios pensaban volver al modelo de pago, parece que los ingresos por publicidad no dan para tanto y cobrar una cuota por acceder a los contenidos era la solución más viable pero ¿realmente lo es?
La Unión Europea ha lanzado su Informe sobre la competitividad digital de Europa (descargar en PDF) y además de a la penetración y uso de internet en los estados miembros, dedica un capítulo entero al uso de internet para el entretenimiento.
A pesar de que muchos ya lo intuíamos, el informe deja bastante claro que los europeos no queremos pagar por los contenidos y que la gran mayoría de nosotros seguiría sin soltar ni un céntimo aunque no existiesen fórmulas como el P2P que nos permitiese conseguirlas.
Menos de un 5% de los europeos ha pagado por contenidos online en los últimos tres meses y, a más baja es la edad del usuario menor es el porcentaje.
Por supuesto, existen algunos factores que nos ayudarían a aligerar la cartera. Para un 20% de los ciudadanos, una rebaja en los precios sería un claro incentivo. Una mejora de la calidad de los contenidos, su disponibilidad etc. podría convencer a un 15-20% de la población. Pero, aún así, un 20% de los usuarios seguiría sin pagar aún desapareciendo cualquier vía alternativa para obtenerlos.
Esto pone en entredicho el argumento típico de la industria de que los P2P son los causantes del descenso de sus ingresos.
El informe se centra en la distribución audiovisual de contenidos con derechos de autor, pero nos presenta un panorama claro también a los que pretendemos rentabilizar servicios y aplicaciones web. Con la cantidad de contenidos gratuitos que existen en la red (música, películas, imágenes, aplicaciones, noticias…) es dificil convencer a alguien de que lo nuestro es mejor y merecemos una contraprestación económica.
Parece claro que todos estamos en un momento en que se hace necesario replantearse algunos modelos de negocio. Esperar a que el usuario simplemente pague es poco viable, así como sostener grandes infraestructuras y plantillas a base de publicidad. El modelo freemium parece que está cuajando con relativo éxito pero, salvo casos que consiguen una gran cantidad de usuarios premium, tener una parte de usuarios de pago que hagan frente a todos los gastos puede ser una tarea complicada.
La Unión Europea ha lanzado su Informe sobre la competitividad digital de Europa (descargar en PDF) y además de a la penetración y uso de internet en los estados miembros, dedica un capítulo entero al uso de internet para el entretenimiento.
A pesar de que muchos ya lo intuíamos, el informe deja bastante claro que los europeos no queremos pagar por los contenidos y que la gran mayoría de nosotros seguiría sin soltar ni un céntimo aunque no existiesen fórmulas como el P2P que nos permitiese conseguirlas.
Menos de un 5% de los europeos ha pagado por contenidos online en los últimos tres meses y, a más baja es la edad del usuario menor es el porcentaje.
Por supuesto, existen algunos factores que nos ayudarían a aligerar la cartera. Para un 20% de los ciudadanos, una rebaja en los precios sería un claro incentivo. Una mejora de la calidad de los contenidos, su disponibilidad etc. podría convencer a un 15-20% de la población. Pero, aún así, un 20% de los usuarios seguiría sin pagar aún desapareciendo cualquier vía alternativa para obtenerlos.
Esto pone en entredicho el argumento típico de la industria de que los P2P son los causantes del descenso de sus ingresos.
El informe se centra en la distribución audiovisual de contenidos con derechos de autor, pero nos presenta un panorama claro también a los que pretendemos rentabilizar servicios y aplicaciones web. Con la cantidad de contenidos gratuitos que existen en la red (música, películas, imágenes, aplicaciones, noticias…) es dificil convencer a alguien de que lo nuestro es mejor y merecemos una contraprestación económica.
Parece claro que todos estamos en un momento en que se hace necesario replantearse algunos modelos de negocio. Esperar a que el usuario simplemente pague es poco viable, así como sostener grandes infraestructuras y plantillas a base de publicidad. El modelo freemium parece que está cuajando con relativo éxito pero, salvo casos que consiguen una gran cantidad de usuarios premium, tener una parte de usuarios de pago que hagan frente a todos los gastos puede ser una tarea complicada.
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