La Bienal pasa la Frontera

La idea de que las grandes muestras de arte contemporáneo son sólo cosa de las capitales de provincia quedó desterrada desde la noche del viernes, tras la inauguración en Aguilar de la exposición organizada para culminar la séptima edición de la Bienal de Artes Plásticas Rafael Botí. Y es que esta Fundación, amparada por la Diputación, ha decidido que la muestra no se inaugure en Córdoba, sino en el histórico Molino del Duque de la localidad aguilarense.
El diputado de Cultura, José Mariscal, explicó en el acto de apertura que el objetivo marcado pasa por proyectar el arte contemporáneo y la cultura a los ciudadanos de la provincia porque «la cultura debe estar al alcance de todos y no es sólo patrimonio de unos pocos».
En el Molino del Duque se pueden admirar hasta el día 2 de mayo las treinta y dos obras seleccionadas por el jurado de esta Bienal de las que la Fundación ha adquirido siete que pasarán a formar parte de sus fondos propios.
Creadores cordobeses
Tres de estas piezas pertenecen a los artistas cordobeses Teté Álvarez, Nieves Galiot y Francisco Javier Flores. Entre los seleccionados por el jurado hay además otros tres cordobeses que exponen en la muestra. Se trata de Fernando Baena, Fernando Lorite y Miguel Gómez.
Para elegir las obras que conforman la muestra, la Fundación Botí convocó un certamen con carácter abierto al que se podían presentar trabajos de la más variada tipología.
El jurado ha estado compuesto en esta séptima edición por Margarita Aizpuru, Rafael Botí, Mónica Carabias, José Girao, Francisco Pérez y Javier Pérez.
Se trata de la primera ocasión en que esta muestra no tiene lugar en Córdoba, por lo que la expectación era máxima en Aguilar ante lo que el alcalde, Francisco Paniagua, denominó «una de las exposiciones más importantes que han pasado nunca por el municipio».
La muestra contará con visitas guiadas dirigidas a jóvenes para «crear afición y gusto por entender el arte contemporáneo», apuntó Mariscal.
Se trata, por tanto, de una oportunidad irrepetible de conjugar el arte moderno con los vetustos muros de un antiguo molino que en el siglo XVIII pertenecía al Duque de Medinaceli. No obstante, habrá otra oportunidad para ver la muestra en la sala Puerta Nueva de Córdoba a partir del 9 de mayo.