El fundamento primordial de La Cosmogonía es femenino, o mejor dicho contiene los dos elementos en Uno – es “El Gran Espíritu”. Hay una dualidad integrada entre Lo Eterno y La Nada, se auto reproduce. Antes de desarrollar mi idea de lo que entiendo como “principio” o la “esencia de lo femenino”, debo mencionar que lo que sigue a continuación, está compuesto – en parte – por el contenido de una ponencia que con el mismo título presenté en el Congreso Internacional “Encuentro de Dos Mundos”, realizado en Caracas, año 1992, y donde participé junto a delegadas de más de 30 países de Europa, África y América. Además un resumen de ese texto fue publicado y circuló en mi ciudad adoptiva: Santo Tomé de Guayana.También debo hacer notar que en Venezuela, mi Patria, país de grandes contrastes, desde muchos años atrás la mujer ha alcanzado niveles muy altos en todas las profesiones. Adelantándose bastante, sin perder su femineidad, a lo obtenido por la mujer en muchos otros países. Hay una extensa lista de mujeres valiosas de diferentes épocas, mujeres cerebrales, pioneras y luchadoras que a pulso se han ganado un reconocimiento mundial y han recibido muchos premios internacionales. Ya desde la Colonia se destaca Aldonza Manrique Gobernadora de la Isla de Margarita. Entonces un sector de gran importancia para España debido a la explotación de perlas. Las 9 hermanas Aristigueta, llamadas las 9 musas, muy famosas por su belleza y cultura, hasta Humboldt las mencionó en sus libros. En la Independencia: Luisa Cáceres de Arismendi – En la actualidad su rostro adorna los billetes de 20 bolívares y sus restos descansan en el Panteón Nacional. Igualmente los restos de Josefa Camejo, una heroína de Barinas y Coro. Famosa en toda Europa fue Teresa Carreño, grandes compositores como Brahms y Liszt la consideraron la mas grande de todos los tiempos, tocó para el Príncipe de Gales en Londres, triunfó en París y en todas las capitales europeas. En otra oportunidad les hablaremos de las que alcanzaron altas posiciones en la política y les presentaremos a las mas destacadas poetas y escritoras de antaño y de la actualidad. Porque la lista es larga y no es solamente una lista, existe hoy una Enciclopedia de La Mujer en Latinoamérica, creada por la Doctora Ana Lucina García, y el primer gran tomo está dedicado, por supuesto, a la Mujer Venezolana. Entre la Ciencia y la Filosofía se colige que la Creación es en definitiva un Vientre. Entonces Crear es Alumbrar. Alumbrar en nuestro idioma connota la idea de iluminación: dar luz, claridad. “El sol nos alumbra”. Si se estudia a profundidad esa frase, se va más allá… hacia el comienzo, hacia la fuente de la semántica, hacia la imagen primera que originó ese concepto. Alumbrar también significa parir la mujer: dar a luz. Considero muy interesante esa similitud y otras tales que encontramos al escuchar con atención el pasar de los días, el correr de las horas: del tiempo en su totalidad, sopesando el uso correcto de nuestro idioma, sintetizando con armonía cada frase, cada sonido. No dejándolo escaparse en el vacío, hay que hacer esfuerzos para tratar de recordar lo que decimos. Con el debido respeto al Verbo (en Mayúscula) y su Poder Creativo. En mi adolescencia y primera juventud (ésta es mi segunda o mejor dicho mi primera prolongada) solía decir: Mis palabras son como una manada de caballos que dejo escapar y luego salgo a recogerlos uno a uno. Dentro de lo posible siempre intenté llevar esas palabras todas a un redil. Y aún en tiempo mucho más atrás, entre los ocho y los nueve años, descubrí un secreto que utilicé de ahí en adelante: en aquel ambiente decir la verdad era lo más fácil, si no te creían eso no importaba, simplemente no era necesario recordar las mentiras o hacerte un lío cuando se te olvidaba lo que habías dicho con anterioridad. Mi guía para tomar esas decisiones, era la observación, leía concentrada pero el oído por su cuenta propia recogía lo que sucedía alrededor. A esa edad de cuántos adultos me reí internamente al descubrirles dando respuestas diferentes en cada ocasión que eran confrontados con la Verdad. ¿Cuántas veces no hemos encontrado nuestras palabras, nuestros pensamientos en forma materializada, de una manera u otra, frente a nosotros y después nos preguntamos ante una sorpresa En busca del conocimiento Para mí que ando en busca del conocimiento, y de nuevo me refiero a Sócrates con su: “yo sólo sé que no sé nada” me atrevo a citar – a continuación – un corto párrafo de una visión cósmica del origen del mundo que he descubierto en uno de los maravillosos libros mencionados en mi charla del 2008. De las cuatro o cinco líneas citadas y que se encuentran entremezcladas con mis propias investigaciones, este Génesis, es en realidad una amalgama de varias religiones, no todas muy conocidas, a la cual he añadido, raíces latinas y algunas observaciones y reflexiones matizadas por el anhelo de compenetrarme con El Todo Existente: Según algunos científicos la tradición mitológica, de la cual una pequeña parte resumo entre comillas en los párrafos siguientes, tiene su origen hace veinte mil años atrás. En mi fantasía de pintora me parece ver el recuento de una catástrofe mundial: algo como el diluvio universal, y más lejos aun: un esbozo del “Big Bang” cuando según se formó nuestro sistema solar o quizá la galaxia misma ¿Quién sabe? ¡A ver qué deducen ustedes!: “En el principio era la oscuridad y de la oscuridad hubo la luz”. La oscuridad (latín: obscurum) o vientre génesis, generación, creador de todo lo que existe La Dama del Velo Esa oscuridad, ese vientre oscuro, ese espacio es: ELLA, La Dama Velada. “En aquel entonces no existían estrellas, ni sol, ni luna, ni tierra”. Era la Nada (del latín Nihil). Muchas tradiciones antiguas la mencionan a Ella: La dama del Velo y la colocan en la ribera invisible del tiempo y dicen que ambos (tiempo y oscuridad) flotaban de infinito a infinito. En un momento dado la pareja se unió y del connubio nació la Luz (del Latín Lux) es decir: el fuego vivo, pensante. Volitivo en su afán de escapar de las sombras imponderables: conocedor del peligro que implicaba su desaparición en las mismas Tinieblas, decidió crecer y creció sustentándose a sí mismo. “Cuando la oscuridad percibió el volumen alcanzado por aquella Chispa de Fuego sintió la incomodidad de encontrarse expuesta a su enemigo natural”. Ensayó diferentes procedimientos para aniquilar al intruso, pero resultaron contraproducentes y el Fuego creció y creció hasta alcanzar tamaño similar al de La Nada y la devoró. “Enojado el Río del Tiempo ordenó una cruenta batalla entre el Gran Frío y el Victorioso Fuego”. Y en esa lid sin cuartel, el aliento del Gran Frío destruyó parte del Fuego y toda esa herida se convirtió en cenizas. De las cenizas aún calientes emergió la primera diosa humanizada. Tradición africana Los Bantú del África mantienen una tradición oral que se remonta a muchos miles de años. A miembros especiales de la Tribu, escogidos desde temprana infancia con un patrón especifico, se les transmite ese conocimiento de su pasado, de su historia en versos que son repetidos hasta quedar grabados para siempre en la memoria del individuo que bajo juramento se ha comprometido a no descorrer el misterio mitológico del cual son depositarios. Según esas leyendas La Gran Madre se llamaba “MA”, la Omnisciente. Ninavanhu-Ma, la piadosa, la Diosa de la Creación, la Ejecutora de conocidos y raros mandamientos emanados del Eterno (Latín. Aeternum) El Gran Espíritu. “De las partículas encendidas que saltaban del Fuego, ella creó las estrellas, el sol y el cuerpo físico. Aunque inmortal, estaba maldita, llena de extraños deseos y sentimientos que mas tarde pasó por igual a las bestias y a los hombres…” Entonces se puede deducir que a diferencia de otras, en esta mitología los inmortales no son afectados por deseos. “Ma” sufría de una enfermedad dentro de su propio ser y por eso la llamaron “Imperfecta”, “La que Nunca Muere”. Los que conocen del arte africano habrán notado que por todo el continente, las figuras talladas en madera que representan a la diosa – o a la Mujer Diosa – parecen defectuosas. La imagen de “Ma” puede lucir tres senos o uno más grande que el otro, una pierna deformada, manos o pie de diferentes tamaños. Haciendo corta esta historia poética, Má después de crear se sintió sola y empezó a llorar y así creó lagos y ríos. Más tarde el Gran Espíritu le ofreció un compañero “El Árbol de La Vida” y con él creó todo lo demás. La Madre Tierra Los griegos antiguos, amantes de la belleza y más “Down to Earth” en su Cosmogonía nos dicen que primero fue el Caos y luego de inmediato la Gran Tierra, Gea, Gi en griego moderno. “Gaia” – Gea – fue la antecesora de todos los dioses del Olimpo. Según Isíodo, La Madre Tierra – Gi – nació primera y de su propio ser tal vez primero creó a Urano, es decir: el cielo lleno de estrellas para cubrirse ella toda. Antes había parido varios hijos sin sentir amor, pero al unirse con el cielo, llena de pasión, dio a luz muchos hijos más. La Sagrada Biblia nos dice que Dios creó el cielo y la tierra y después de crear todo lo que existe, al sexto día creó al hombre a imagen y semejanza suya. “Los creó varón y hembra y los llamó Adán”. Coinciden muchos teóricos en la posibilidad de que Adán se llamaba el conjunto de seres andróginos que se reproducían por sí solos, a imagen de Dios que tiene el poder de procrearse a sí mismo. Es evidente que los dos géneros femenino y masculino existen por igual isócronos desde el comienzo de La Creación. Y la mujer actual, la Eva separada del cuerpo original, formada de una costilla de Adán, que para el efecto Dios había hecho caer en un profundo sueño, no está consciente de su espacio ni de su origen. Alejada cada día más del conocimiento real de su naturaleza va perdiéndose en el sueño de Brahma, que en la antigua religión Hindú, personifica lo Absoluto, El Numero Uno, el Creador del Universo. Dicen ellos que el mundo es su sueño. Y cuando Brahma despierta, el sueño concluye, termina la ilusión. La mujer es energía Muy interesante es la convergencia en la cuestión del sueño: A Adán lo durmieron para crear a Eva, y una creencia del Oriente asegura que: el Mundo no es una realidad, sino que es una ilusión, es el sueño de Brahma. Y a propósito, los iniciados esotéricos argumentan que la realidad está en la dimensión astral, según ellos es lo que nosotros denominamos sueño! Siendo la mujer depositaria de todas las manifestaciones de energía, son muy pocas las que han sabido utilizar esa energía para conocerse, aceptarse y vivir en paz consigo misma y persisten en vivir de la Ilusión, enredadas en una fantasía mecánica. Poderes solares del hombre (y la mujer) La mayoría de nosotros (nosotros: hombres y mujeres) muere sin desarrollar nuestros tremendos poderes solares, nuestro fuego primario, a donde deberíamos ingresar llenos de luz, pero el camino del conocimiento verdadero no se encuentra en guachafitas ni en el desdén a las leyes naturales, humanas y divinas. Como ustedes tal vez lo han observado a su alrededor, una triste mayoría se debate en una ignorancia peor a lo que es un desconocimiento total, porque ese medio-conocer no permite ampliar los horizontes, y así dentro de un campo conceptual limitado, se encierra presa en un condicionamiento que ella misma se impone o acepta por conformidad, inercia o indiferencia creando su propia cárcel (Por cierto, mucha atención, por favor, mucha atención pues entre esa “mayoría” me coloco a mí misma, simplemente estoy haciendo esfuerzos para despertar del “sueño”, que es en verdad una tarea bastante difícil pero no imposible) La mujer inconsciente La mayoría de las mujeres de hoy - en los países en vía de desarrollo y en los ya supuestamente súper-desarrollados – unas más que otras, continúan apegadas a los limites trazados desde su nacimiento, difícilmente aceptan lo que no comprenden, lo diferente. Se lanzan al ataque como Las Furias, La Erinia mitológica, para destruir lo que la envidia, los celos, el miedo y la misma ignorancia las induce a considerar contrario. Andan inconscientes de sus acciones y de sus impulsos y están hipnotizadas por su lema atávico que se manifiesta cuando tratan de destruir lo antagónico dándole libre paso a las fantasías sin bases que ofuscan su visión interna. La obsesión obstaculiza su progreso, su desarrollo espiritual y por consecuencia el material: el de ella misma y el de los suyos, los seres que la rodean, porque ella no ha cerrado la “Caja de Pandora” – ni siquiera admite que la mantiene abierta - y se auto-imposibilita el disfrute pleno del encuentro con si misma, con su esencia primaria: la Creación – su comunicación directa con el cosmos, su verdadero Espacio. Es decir que todos los males heredados de la Gran “Ma” siguen transmitiéndose de generación a generación, pues siendo la mujer “imperfecta” madre del hombre, el hombre también es imperfecto. Y si el recipiente cósmico, el átomo primario, la mujer madre no evoluciona, tampoco evolucionarán los hijos. Sencilla Ley Natural que debería ser estudiada con mayor interés y si la aplicaríamos con el cuidado que le corresponde posiblemente ayudaría a detener la degeneración de nuestra especie. Para integrarse al fuego de La Creación, hay que transformar las cenizas, la arcilla o el polvo de donde según originalmente se le dio forma al hombre. Primero hay que admitir que somos imperfectos, reconocer nuestras debilidades y luego trabajar martillando sin cesar para disolver nuestros defectos. La mujer adolescente La mujer adolescente, común y corriente, de cualquier país del Este y del Oeste, y la que ha nacido en países con costumbres y religiones que denigran a la mujer y aun aquella que está más cerca de nosotros, en nuestro países del hemisferio sur, esa mujer es víctima de una sociedad que no la prepara para cumplir su tarea. Se inicia en la vida muchas veces presionada por su misma familia con un bagaje pobre de conocimientos generales. Guiada por un instinto muchas veces mutilado por vivencias ajenas, miedo atávico, consejas y tabúes. Me da tristeza decirlo, pero he comprobado que en muchos aspectos los animales, los no cercanos al hombre, están más compenetrados con la naturaleza. La reforma necesaria Creo seriamente - y he elaborado proyectos con la intención de buscar el patrocinio indispensable para que estas ideas se realicen - que es necesario educar a los jóvenes con programas reformados. Ya no se puede esperar más para poner en práctica todo lo que se ha dicho, se ha escrito, se ha decidido en congresos y decretos oficiales, sobre mejoramiento de las condiciones de VIDA. Esa reforma, expuesta por mí en varias oportunidades, como lo han hecho también a su manera y desde otro punto de vista, antes y después de mis iniciativas, otras personas comprometidas en esta misma lucha, propone añadir a los programas normales de estudios otros cursos donde educadores idóneos, libres del horror de la inadaptabilidad, con los que muchos están infestados, se ocupen de ayudar a las jóvenes a encontrar ese punto de balance entre esas dos fuerzas antagónicas que rigen su naturaleza. Las haría seres especiales, seguros de sí mismos, mejores habitantes de la Tierra, verdaderas madres, en lo físico y/o en lo espiritual, forjadoras de “hombres”, porque todavía los habitantes de este planeta no han sido todos clonados en series. Ese invisible y delicado balance sería su espacio particular de donde irradiarían ondas positivas dadoras o receptoras de AMOR y de LUZ, porque el AMOR es LUZ y sabiduría intuitiva. (*) Pintora y escritora venezolana, residente en Atenas, Grecia. Presidenta de ASCLAYE, Asociación Cultural Latinoamericana y Española. Reside en Tesalónica, Grecia Experiencia juvenil En mi adolescencia y primera juventud (ésta es mi segunda o mejor dicho mi primera prolongada) solía decir: Mis palabras son como una manada de caballos que dejo escapar y luego salgo a recogerlos uno a uno. Dentro de lo posible siempre intenté llevar esas palabras a un redil. Y aún en tiempo mucho más atrás, entre los ocho y los nueve años, descubrí un secreto que utilicé de ahí en adelante: en aquel ambiente decir la verdad era lo más fácil, si no te creían eso no importaba, simplemente no era necesario recordar las mentiras o hacerte un lío cuando se te olvidaba lo que habías dicho con anterioridad. Mi guía para tomar esas decisiones, era la observación, leía concentrada pero el oído por su cuenta propia recogía lo que sucedía alrededor. A esa edad de cuántos adultos me reí internamente al descubrirles dando respuestas diferentes en cada ocasión que eran confrontados con la Verdad. |
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