Los manjares del Mundial

Rico y sorprendente por sus tradiciones, Sudáfrica seduce a los visitantes con una amplia variedad de comidas típicas, frutas y bebidas. Un lugar extravagante, de costumbres y hábitos tan diversos que le dan un atractivo especial.


Si bien es un país naturalmente agriculor, en el sur del "continente negro" conviven múltiples culturas de origen oriental y europeo, que no sólo han influido en la música y el arte, sino también en los placeres culinarios.

De hecho, la cocina se destaca por sus sabores intensos y especiados, que en muchas ocasiones les dan a los platos típicos un sabor furiosamente picante. La carne utilizada para la preparación de estos manjares tradicionales se obtiene de especies autóctonas de la fauna africana, como la avestruz, la víbora, el camello y el mono, algo bastante inusual para los hábitos alimenticios del mundo occidental. Otras opciones son el bacalao, los mariscos frescos y las ostras de la zona costera del país.

Los aceites cumplen un rol muy importante en la condimentación. El más utilizado por los cocineros es el de maní, y se suele emplear para darle un sabor más jugoso a los guisados. Otro aceite característico, que otorga un tono dorado-rojizo a las comidas, es el de palma, de origen vegetal.

Algunos platos típicos preponderantes son el sosoties (un tipo de brocheta), el bobotie (un plato de carne picada con curry) y el bredies (guiso de carne, tomate y verduras). Además, se caracteriza por contar con una cerveza de destilación casera muy rica y popular.

Se trata de la "umqombothi", hecha de sorgo, que le da un sabor amargo. En relación a otras de su especie, la graduación alcohólica es baja -alrededor de un 3%. La producción local, del mismo modo, se destaca por sus vinos dulces, blancos y rojos. Algunos licores refinados y aguardientes, como el brandy y el jerez, son otra especialidad de la casa.