Los niños roncadores amanecen cansados

Apnea del sueño.- Es común pero no es normal. Se trata de las llamadas apneas del sueño, es decir, pausas respiratorias durante las que desciende el nivel de oxígeno en la sangre. Frecuentes durante la primaria y el preescolar, producen microdespertares imperceptibles para resolver las pausas respiratorias, por eso los chicos roncadores amanecen más cansados que los que no lo son. Quienes la sufren tiene voz nasal y respiran por la boca. Cuando duermen, transpiran mucho (mojan la almohada). Son inapetentes y algunos suelen quejarse de dolores recurrentes de cabeza. Si se trata de chicos muy chiquitos, lloran mucho y por cualquier cosa, se mueven todo el tiempo y se ponen irritables a la hora de dormir. Puede aparecer en cualquier momento, y la consecuencia es la fragmentación del sueño, haciéndolo de mala calidad.


SE MUEVEN Y SE CAEN DE LA CAMA.- A veces son movimientos sutiles, otras más grandes, pero a veces hasta se caen de la cama. Es síntoma de que el chico no descansa bien. Las apneas provocan microdespertares que impiden que el chico entre en las etapas más profundas del sueño, que son las más reparadoras.

TIENEN MIEDO Y SE HACEN PIS.- Enuresis, terrores nocturnos y sonambulismo son problemas bastante comunes en chicos de edad escolar y contribuyen a una mala calidad del sueño Dentro de los trastornos del sueño el terror nocturno es el más frecuente porque el chico se despierta bruscamente durante el sueño, con llanto fuerte, taquicardia y transpira; sin embargo no deben ser despertados, porque no recuerdan nada. Se produce el mismo proceso que el sonambulismo, explica el especialista Jorge Avila.

INSOMNIO INFANTIL.- A los seis meses, el sueño ya tiene que estar consolidado y el chico debería poder dormir de un tirón. Si el bebé se despierta muchas veces, tal vez el problema obedezca a un mal aprendizaje del sueño. Si no se corrige, el problema va empeorando.

Zombies en la escuela.- Cuando los adolescentes o los niños se van a dormir después de las 12 de la noche el cerebro recibe una información incorrecta sobre la hora en la cual deben dormirse; ellos van retrasando su reloj biológico. Al día siguiente van al colegio como zombies porque les faltaron horas de sueño.