Cultivos Biodinámicos

La biodinámica ve a la planta como un ser que se halla sujeta a dos polos, uno terrestre o telúrico y otro cósmico. Las fuerzas o energías que llegan desde estos dos son tratadas de armonizar en la planta, mediante el uso de los Preparados Biodinámicos (hechos a base de cuarzo, estiércol de vaca y plantas medicinales). Luego de haber pasado por un proceso especial de elaboración.


Intenta utilizar las fuerzas o los procesos de la energía, entendiendo a la Tierra como un microcosmos "que es sólo la contracción de un macrocosmos energético". Enemiga de los químicos y de la tecnología genética que permite sabores en los vinos, este método apunta a manifestar en el vino los gustos "auténticos" del terroir.

Para esto el objetivo principal es que la planta no enferme. Evitar, no curar, dice el principio que sostiene que es la Tierra la que se encuentra en desequilibrio y que por esto la planta enferma. Entonces, de lo que se trata, es de mantener el equilibrio del suelo, y por ende, del clima. No obstante, para frenar enfermedades como el Oidio se permite el uso de ciertas cantidades de "caldo bordelés" y para fertilizar se utilizan compost orgánicos con incorporación paulatina, nunca repentina, a los suelos. Además de los preparados biodinámicos.

Modo de conocimiento aplicable tanto a pequeñas como a grandes superficies - en Australia hay más de 10 millones de hectáreas de cultivos biodinámicos de todo tipo-, su uso en vitivinicultura extendido principalmente en Italia, con 30.000 hectáreas, en Alemania, Suiza, Austria, Francia y Estados Unidos.

En Argentina, la bodega pionera en aplicar la biodinámica fue Colomé, pero hoy existen al menos 10 bodegas en proceso de obtener su certificación.

Matias Michelini y su iniciación

Estoy empezando una nueva etapa en mi carrera, con el objetivo de plantar mi propia viña en Gualtallary, Tupungato, lugar donde vivo.

Consciente de la importancia del terroir (del terruño) en la expresión de mis vino, he decidido incursionar en la agricultura biodinámica.

La biodinámica permite devolver al vino la personalidad de su terruño en el cual me estoy enfocando.

Para lograr una certificación biodinámica se exige primero una certificación orgánica. "La biodinámica exige normas de utilización de los preparados, o cantidades de azufre que se pueden usar, procesos para utilización del compost por el efecto que tiene sobre los microorganismos, el suelo y la planta", es por esto que en principio tomare todos los recaudos para realizar la plantación en forma orgánica, respetando la naturaleza del suelo, el agua y plantas.

Respetar las fases lunares, enterrar un cuerno de vaca lleno de estiércol que luego se utilizará para esparcir, microorganismos sobre el suelo, no utilizar agroquímicos y trabajar con el máximo respeto por la tierra y el clima son algunos conceptos de la viticultura biodinámica y en gran medida muy unidas a una filosofía de vida que quiero seguir.


MATÍAS MICHELINI

Matias (36) fue graduado en enología en la Escuela Vitivinícola Don Bosco, de Mendoza. Desde muy joven comenzó a trabajar en distintas bodegas de gran renombre como Luigi Bosca, Doña Paula y Finca Sophenia (actualidad) en Mendoza, todas ellas hoy de gran prestigio internacional por la calidad de sus vinos.

En la actualidad es considerado por la prensa internacional como uno de los enólogos más exitosos de la nueva generación de de la industria del vino en Argentina.

Matías Michelini, es también winemaker consultor de nuevos emprendimientos que apuntan a la máxima calidad y personalidad, tales como Zorzal Wines y Bodega Tupun, ambas ubicadas en uno de los valles de mayor trascendencia de los últimos años, Tupungato, Mendoza, Argentina.

Hoy como consultor está pudiendo desarrollar su máximo potencial en función de la experiencia adquirida que contempla vendimias en el exterior como Santa Richa Chile, en Chateux Fontenil y Chateaux Le bon Pauster en Burdeos, estas dos últimas bajo la conducción de Michel Rolland.

En su carrera profesional, Matías está logrando resaltar al máximo el potencial y expresión de los vinos de altura, ubicando al terroir de Gualtallary en el mapa del mundo vitivinícola.

Algunos de los vinos que elaboró Matías obtuvieron la medalla de oro y Trophy, máxima distinción en el Awa 2010, concurso de vinos más importante del país, además de lograr gran reconocimiento de sus vinos en la prensa internacional.

Además Matías hoy cuenta con su propio emprendimiento " Passionate wine" con sus dos vinos de Gualtallary, Malbon y Montesco.

Casado y papá de 4 hijos maravillosos, que está educando en Tupungato, lugar donde viven además de ser el "Terroir" que eligió como su lugar en el Mundo.

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