La bolsa de plástico de un solo uso, compañera inseparable en la compra de víveres, longevo habitante en un rincón de cada despensa, murió ayer en los establecimientos madrileños de la cadena Carrefour. El creciente interés por el medioambiente, la contaminación que genera este envase y un documento llamado Plan Nacional Integrado de Residuos (PNIR) acabaron con su vida. Tenía 50 años.
Pocos objetos han logrado la omnipresencia en tan poco tiempo. Introducida en España en la década de los 70, la bolsa de plástico llegó y se quedó: era gratis, permitía almacenar basura y ofrecía una barata forma de publicidad. Pero todo eso se ha acabado. Ahora hay un instrumento normativo, el PNIR, que dice que entre el 2010 y el 2014 debe reducirse su uso en un 50%. El PNIR da manga ancha a cada establecimiento para que alcance el objetivo como quiera, y Carrefour ha escogido la vía más radical: primero la mató en Jaén, ahora ha sido en Madrid y el 1 de octubre lo hará en Catalunya, de manera que los clientes de la cadena francesa tienen que buscar otro sistema para llevar la compra a casa.
Pocos objetos han logrado la omnipresencia en tan poco tiempo. Introducida en España en la década de los 70, la bolsa de plástico llegó y se quedó: era gratis, permitía almacenar basura y ofrecía una barata forma de publicidad. Pero todo eso se ha acabado. Ahora hay un instrumento normativo, el PNIR, que dice que entre el 2010 y el 2014 debe reducirse su uso en un 50%. El PNIR da manga ancha a cada establecimiento para que alcance el objetivo como quiera, y Carrefour ha escogido la vía más radical: primero la mató en Jaén, ahora ha sido en Madrid y el 1 de octubre lo hará en Catalunya, de manera que los clientes de la cadena francesa tienen que buscar otro sistema para llevar la compra a casa.
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