Como joyas de un tesoro califica la directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, Roxana Velázquez, las cuarenta piezas que han volado desde España para la exposición «Doménikos Theotokópoulos, 1900, El Greco», que hoy se inaugura en la capital mexicana. La muestra, muy similar a la exhibida en Toledo entre marzo y julio pasados, ofrece una serie de lienzos que salen por primera vez de España. El proyecto, «uno de los mejores del año y de mucho tiempo», cuenta con obras como el «San Sebastián» del Museo del Prado, «Las Lágrimas de San Pedro», la «Verónica», el «Apostolado» autografiado completo, el «Salvador», una serie de Cristos y retratos de personajes como Antonio y Diego de Covarrubias. La colección «es espectacular por el propio nombre -dijo Velázquez en los medios locales-; El Greco es simplemente uno de los grandes de la historia universal». La directora agradece que «podemos tener ahora este proyecto como un ofrecimiento de España al Estado mexicano. Se trata de una excepción, pues de ninguna manera la muestra viajará a otro sitio».
En total serán colgadas 43 piezas, 28 de ellas realizadas por el artista cretense; el resto llevan la firma de pintores de su taller y de otros pinceles relacionados con su obra como Sorolla, Madrazo, Martínez del Mazo, Passerotti o Jorge Manuel Theotokópoulos, hijo del autor de «El entierro del Conde de Orgaz». Los lienzos corresponden a las colecciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y de los museos del Prado, de El Greco, Bellas Artes de Sevilla, Nacional de Arte de Cataluña y Santa Cruz de Toledo. Tres de las obras pertenecen a la permanente del mexicano Museo Soumaya.
«El clímax de la exposición son sin duda los apóstoles. En realidad hay tres versiones de su «Apostolado», pero la única firmada por El Greco es ésta», añade Roxana Velázquez. La directora del museo no duda en señalar a El Greco como «el primer moderno. Esto se ha dicho también de Goya, pero aquí estamos hablando de un pintor del siglo XVI que tiene una técnica, una imprimatura y características que lo hacen único».
La exposición, organizada por la Sociedad Estatal de Acción Cultural en el Exterior (Seacex), cuenta con Ana Carmen Lavín y José Redondo como comisarios. El montaje, «espectacular», realizado por el estudio Oscar Mariné Brandi/OMB Design, presenta los cuadros de forma impactante: «Se trata de una museografía que te va llevando de sorpresa en sorpresa -detalla Velázquez-. Es laberíntica, casi a oscuras, sólo iluminada por luces que enmarcan las piezas. Es toda una construcción que hemos hecho impresionante dentro de las salas Nacional y Diego Rivera»; en ésta última estarán los «Apóstoles» y el «Salvador» en nichos luminosos.
En total serán colgadas 43 piezas, 28 de ellas realizadas por el artista cretense; el resto llevan la firma de pintores de su taller y de otros pinceles relacionados con su obra como Sorolla, Madrazo, Martínez del Mazo, Passerotti o Jorge Manuel Theotokópoulos, hijo del autor de «El entierro del Conde de Orgaz». Los lienzos corresponden a las colecciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y de los museos del Prado, de El Greco, Bellas Artes de Sevilla, Nacional de Arte de Cataluña y Santa Cruz de Toledo. Tres de las obras pertenecen a la permanente del mexicano Museo Soumaya.
«El clímax de la exposición son sin duda los apóstoles. En realidad hay tres versiones de su «Apostolado», pero la única firmada por El Greco es ésta», añade Roxana Velázquez. La directora del museo no duda en señalar a El Greco como «el primer moderno. Esto se ha dicho también de Goya, pero aquí estamos hablando de un pintor del siglo XVI que tiene una técnica, una imprimatura y características que lo hacen único».
La exposición, organizada por la Sociedad Estatal de Acción Cultural en el Exterior (Seacex), cuenta con Ana Carmen Lavín y José Redondo como comisarios. El montaje, «espectacular», realizado por el estudio Oscar Mariné Brandi/OMB Design, presenta los cuadros de forma impactante: «Se trata de una museografía que te va llevando de sorpresa en sorpresa -detalla Velázquez-. Es laberíntica, casi a oscuras, sólo iluminada por luces que enmarcan las piezas. Es toda una construcción que hemos hecho impresionante dentro de las salas Nacional y Diego Rivera»; en ésta última estarán los «Apóstoles» y el «Salvador» en nichos luminosos.
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