Mujer casada que vivía en Egipto, destaca por sus costumbres intachables. La prueba surge cuando un joven enamorado de sus bondades se ve rechazado en sus pretensiones de poseerla. Al recurrir a una hechicera, ésta con su conjuros, logra que caiga Teodora en la tentación. Tras reconocer su pecado y arrepentirse opta por ingresar en un Monasterio, donde toma aspecto e indumentaria de hombre. Todos se admiran de la dulzura y la penitencia. Sin embargo, una ventera le acusa de haber tenido un hijo con un viajero que se alojó allí. Como Teodora no quiere entrar en discusión y calla, es expulsada del Convento, tiempo en el que alimenta y cría al pequeño. Pasado un tiempo insiste nuevamente en entrar en el Monasterio, donde se le concederá entrar si se mantiene hasta el final, haciendo penitencia en la celda. A´sí muere santamente, y será cuando se descubra su verdadera identidad.
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