Ser padres... sinónimo de múltiples desafíos, desarraigos, enseñanzas y, hasta a veces, de tristezas y llanto. La infancia de hoy, cómo enfrentar y guiar a estos "gigantes chiquitos" que llegaron a nuestras vidas para quedarse.
Besos, abrazos, cosquillas... toda demostración afectiva es más que válida si tiene como objetivo brindarle y demostrarle amor a nuestros hijos. Y si a eso le sumamos que, como dicen los médicos, el contacto físico tiene el poder de controlar el estrés y mejorar el estado de ánimo, más y mejor todavía.
Ellos devolverán con creces tales demostraciones y serán felices al hacerlo.
Hay miles e incuestionables maneras de educar un hijo feliz y rodeado de amor en este mundo, pero la realidad es que no todos saben cómo o simplemente, carecen de las herramientas para hacerlo.
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El pediatra y psicoanalista René Spitz observó a bebés huérfanos institucionalizados cuyas necesidades materiales eran totalmente satisfechas pero padecían de depresión anaclítica o marasmo, y muchos morían a causa de ello.
Descubrió que el origen de tal padecer era la falta de afecto y de relaciones interpersonales. El ser humano, para sobrevivir y para constituirse como persona, no sólo necesita del alimento sino también del afecto que circula en un vínculo.
"Hoy se escucha decir: `lo importante no es la cantidad sino la calidad', pero ¿cómo se construye un vínculo si no hay tiempo? Un tiempo que se destine exclusivamente para jugar, para comunicar, para compartir con el niño", resaltó la licenciada en Psicología Claudia Amigo.
Algunos padres se sorprenden de que sus hijos les reclamen momentos para jugar, pero sin embargo, cuando juegan con ellos, al mismo tiempo están haciendo otra cosa, como trabajar con la computadora o mirar televisión.
"También habría que considerar a los padres que llegan a sus hogares agotados y quieren estar solos o que no los molesten, y a los que están inmersos en sus intereses guiados por valores distorsionados del orden del poder, del tener, de la eterna juventud y del éxito. Así es como ni el niño ni los padres se disfrutan, ni son felices, generándose el desencuentro", agregó.
Pero existen diversas maneras de conectarse con un chico y su mundo.
"Los niños se relacionan con los adultos compartiendo juegos, cuentos, dibujos y diálogos. A algunos adultos se les hace difícil jugar porque a ellos, en la infancia, no se lo permitieron, porque jugaron solos o porque tienen otros intereses. En ese caso sería ideal realizar con el niño una actividad lúdica que ambos disfruten y a la vez al adulto no le cueste tanto".
También resulta válido tener en cuenta que un niño se vuelve menos demandante y es más fácil que respete los límites cuando se siente seguro de ocupar un lugar en la vida del otro.
"Si de `tips' se trata, otro bueno para criar a un hijo "feliz" es siempre tomar conciencia de que un hijo no debe ser un ideal o un ser que tenga que vivir para cumplir los deseos insatisfechos de los padres", recordó.
Tampoco hay que olvidar la importancia que tiene el diálogo entre padres e hijos: éste no sólo implica compartir un tema, sino, también saber escuchar y hacer preguntas para llegar al otro tales como: "¿qué tal te sentís?", "¿qué te gusta?", "¿por qué estas enojado?", "¿cómo sos?", "¿qué deseás?", "¿qué te hace feliz?", entre otras preguntas que los propios adultos muchas veces ni siquiera suelen hacérselas a sí mismos.
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A la niñez se la puede entender como una construcción social que en cada tiempo histórico, en cada sociedad y en cada subcultura adopta características diferentes. Al mismo tiempo, los niños adquieren formas de ser y de actuar distintas a las del adulto.
"El pequeño que cartonea y el niño al que le pueden comprar todo lo que desee en el shopping provienen de distintos contextos socioculturales, pero ambos son niños, tiene necesidades, potencialidades, momentos de alegría y de sufrimiento. No hay un niño mejor que otro y no son ellos los promotores de marcar las diferencias".
Si deseamos saber con qué se entretienen, cómo sienten y actúan los niños, nada mejor que preguntárselo a ellos mismos: cuestionamientos tales como `qué te gusta hacer', `qué canciones te gustan', `¿tenés amigos?' o `¿qué necesitás para ser feliz?' son la mejor manera de saberlo y a la vez, logran que ellos se sientan importantes en la vida de sus mejores referentes: los padres".
Aproximadamente 400 niños de entre 6 y 12 años respondieron en orden de prioridad que lo que más les gusta es "jugar con juguetes y con la computadora" y, luego, "dibujar, inventar cuentos y andar en bicicleta".
Los niños entre ocho y doce años también agregan que les gusta "compartir y hablar de ellos con alguien". Si se considera las diferencias de género a las niñas les gusta "bailar" y a los varones, "jugar al fútbol o al basquet".
Entonces, ¿qué necesitan para ser feliz?
"Simple. Ellos responden sin vueltas y la mayoría están al alcance de la mano: `poder jugar con alguien', `que mamá esté más tiempo en casa', `un beso', `un abrazo' y `una familia'.
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Pero... ¿alguien entiende a los niños?
"Existen libros sobre las pautas evolutivas de los pequeños y cómo intervenir según la edad. Pero también es cierto que sólo se puede entender bien aquello que se conoce y vivencia cotidianamente. Los padres también tienen un saber que no proviene de un manual sino de la experiencia", recalcó.
Así mismo, el niño se hace entender y necesita un adulto con empatía que lo respete y sea sensible a sus necesidades.
"Se aprende a ser padres en relación a un hijo y se es hijo en relación a los padres", concluyó.
Algunas claves para tener en cuenta
* Deje que su niño tenga minutos para desarrollar su creatividad con actividades manuales para estimular su mente. Algunas hojas de papel y una caja de crayones pueden mantenerle bien ocupado por más tiempo que un episodio de dibujos animados.
* Limite la exposición de su niño a los medios no solo es una movida positiva para promover su creatividad, es un método excelente para ampliar su lapso de atención mientras "acicala" su habilidad para calmarse.
* Deje que sus niños sepan que son más importantes que el trabajo, prestándoles atención y contacto visual. Su niño merece al menos un poco de usted cada día, al menos unos pocos minutos en los que no estén involucrados su correo electrónico o el material de su escritorio. Dejar que sus niños sepan que son importantes es como darles una inyección de felicidad.
* Permita que los niños pongan algunas reglas. Al menos aparentando que da al niño algo de control le está ayudando a que entienda las reglas de la casa internas y externas. Esto dirigirá directamente a que tengan una buena disposición para seguirlas.
* Enseñe a su hijo no asuma que todo sucede fuera de la casa. La enseñanza en la casa en un trabajo de todo padre. Existen una gran cantidad de habilidades que no se enseñan en la escuela que juegan un papel masivo en la determinación de lo que serán sus hijos al crecer. Los niños no son criados en un tupperware y cuando finalmente nos dejen para entrar al mundo lejano de nuestros ojos vigilantes deberán tener las herramientas afiladas que los ayudarán a ser lo mejor que puedan.
* Los niños hacen lo que ven, no lo que les dicen. Si desea que su niño sea atento con los otros, usted debería ser atento con los demás. Si desea que su niño sea feliz, debe sonreír sin vacilación. Nadie es más influyente en su niño que usted. Al menos por ahora.
Evidentemente, la felicidad se asocia con la seguridad, la confianza, el sentirse amparado y sobre todo amado. El poderoso sentimiento de amor que los padres transmitan a sus pequeños a través de las palabras sencillas, el gesto dulce y las diversas manifestaciones que tiene el lenguaje, llega al niño como una fuerza capaz de fortificarlo física y emocionalmente, y sienta mejor las bases para un desarrollo afectivo sereno y feliz.
La tarea educadora de los padres se ennoblece a la luz de la responsabilidad amorosa de formar hijos felices, capaces de sentirse seguros, tender una mano solidaria, exteriorizar su cariño y contribuir a la felicidad de tantos seres que lo necesitan. (Del libro 7 secrets to raising a happy child, Zen habits).
Actividades para los "bajitos"
* El Bahía Blanca Plaza Shopping comenzará los festejos hoy, desde las 11, en la playa de estacionamiento, con actividades de reciclaje y separación de residuos. También habrá un circuito de gimnasia deportiva, magos, payasos y bailes. A las 12 está prevista una barrileteada y saldrá una murga hacia el club Palihue, donde habrá concursos y sorteos. Por último, a las 16, en el patio de comidas habrá un taller de dibujo y shows de música y títeres.
* En el Paseo del Sol (Sarmiento 4114) se presentarán a las 17 las estatuas vivientes interpretadas por las artistas Eliana Hagg, Luz Guerrero, María Julia Almaraz y Teresa González Codoni Herrera.
* Hoy, el sábado 14 y el domingo 15 la secretaría de Promoción Social organiza en las nueve delegaciones municipales una serie de juegos, espectáculos y el tradicional chocolate con bollitos. Las actividades serán gratuitas, de 14 a 18.
* En el complejo Las Tres Villas (Agustín de Arrieta 1001) se festejará, de 15 a 18, con espectáculos infantiles, golosinas y sorpresas. Habrá micromidgets, juegos inflables y sorteos.
* A partir de las 14.30, en el Parque de la Ciudad, la Sociedad de Fomento Namuncurá Sevilla invita a un encuentro con golosinas, tortas y entretenimientos.
* El martes 10, a las 20.30, en Faustino (Sarmiento 1234) se realizará un encuentro a beneficio de la Asociación de Prevención contra el Síndrome Urémico Hemolítico. Habrá espectáculos y remate de objetos de arte y otros. Informes y tarjetas al 154-434686.
* El sábado 14 la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (Gorriti al 100) realizará sorteos de juguetes y bicicletas, además de una presentación del reconocido mago Radagast.
* "Mamá Cuentos" brindará una obra destinada a desarrollar la imaginación a través de la fantasía. Será los domingos 15 y 22, a las 16, en el teatro ATS (Garibaldi 310). Reservas al 486-2037.
* El domingo 15 el sindicato SMATA festejará con los hijos de hasta 12 años de sus afiliados en el campo de ruta 229 km 16.5, de 10 a 17. Habrá juegos temáticos, deportes y shows. Inscripciones en Blandengues 149, de 8.30 a 12.30 y de 15.30 a 19.30.
Los niños que escriben en el cielo
Mariano Buren
"La Nueva Provincia"
Faltaba poco más de un año para que su avión desapareciera de los radares al sobrevolar las costas de Córcega, como parte de un vuelo de reconocimiento en medio de la Segunda Guerra Mundial.
En aquellos días de 1943 el aviador francés Antoine de Saint-Exupéry se sentía particularmente lejano a los ecos desgarrados de aquella tragedia.
Encerrado en la habitación de un hotel neoyorquino, escribía los borradores de su sexto libro, casi a modo de exorcismo personal ante el dolor que se impregnaba por los poros de la realidad.
Y en medio de las explosiones que iluminaban de muerte las noches del mundo, se permitió una irreverencia pacifista: imaginar otra clase de planeta, por no decir otra clase de ser humano. Así fue como nació El Principito , aquel niño habitante del Asteroide B612 que un buen día decidió salir a explorar todos los planetas del Universo y conocer a sus habitantes.
La trama del relato, en apariencia infantil, no es otra cosa que un diálogo entre el pequeño monarca y el propio Saint-Exupéry, intercambiando experiencias en medio del desierto.
A medida que la conversación crece, la historia describe personajes tan curiosos como el Rey que cree gobernar los gestos del cielo, el Geógrafo empecinado en trazar el mapa del cosmos, el Hombre de Negocios que sólo piensa en comprar estrellas para invertir en más estrellas o el Farolero que jamás puede descuidar la iluminación de su satélite.
Detrás de cada uno de estos seres es posible adivinar el pensamiento humanista del narrador y sus críticas hacia una sociedad egoísta y desnaturalizada. Pero, sobre todo, Saint-Exupéry revela algo más profundo: su convicción sobre la simple sabiduría que tienen los chicos, algo que inexplicablemente se pierde al crecer.
De eso se trata El Principito , de revalorizar el sentido de la niñez. El mismo espíritu de reivindicación fue el que impulsó en 1959 a la Asamblea General de la ONU a declarar una reafirmación de los derechos universales de los niños. Y para celebrarlo, ese mismo día propuso que cada país eligiera un fecha para celebrar anualmente el "Día del Niño".
La Argentina, donde Saint-Exupéry vivió en 1929 realizando los primeros vuelos nocturnos del país, eligió originalmente el primer domingo de cada agosto para celebrar la infancia. Pero en los últimos años el festejo se corrió una semana más tarde por necesidades comerciales.
Más allá de la fecha de turno, este día no deja de ser una buena oportunidad para observarse detenidamente al espejo, buscando entre los rasgos propios algo de aquella simpleza inicial. Sólo hay que saber mirar.
Laura Gregorietti
"La Nueva Provincia"
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