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Personajes clave de la Alejandría del siglo V. Oposición paganismo – cristianismo (VI) (401-06)

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Tratamos hoy en este panorama de la lucha de cristianismo y paganismo en el siglo V en Alejandría de personajes que nos sirven como botón de muestra del ambiente.

1. El filósofo Teón padre de la heroína Hipatia es presentado en la película como “filósofo” (el guión sigue aquí la opinión del historiador Sócrates Escolástico), pero sólo puede entenderse por lo que hoy comprendemos con esa palabra en un sentido muy amplio y elástico. Teón fue en realidad un matemático y un aficionado a la astronomía que ejerció como maestro de ambas cosas en Alejandría.

Fue ciertamente miembro del Museo, la Biblioteca que sale en la película, lo que lo situaba entre la elite intelectual de la ciudad. Sus obras más famosas son dos: una edición propia, con algunos comentarios y variantes de los Elementos de Euclides (Aritmética y sobre todo la Geometría, que seguimos usando hoy), y otro comentario al Almagesto (arabización de al-mégistos = “el más grande”), obra del astrónomo Ptolomeo, en la que se describe el sistema geocéntrico y un descripción de las 48 constelaciones clásicas con sus estrellas. Al parecer su hija Hipatia colaboró con él en ambas obras.

Él fue el responsable de que Hipatia se criara en un ambiente educado y propicio al estudio de las ciencias. En la película es presentado como hombre que aconseja tomar una cierta venganza contra los cristianos por sus ofensas al dios Serapis. No podemos saber si es o no verdad (pertenece a las libertades de todo guión), pero puede ser verosímil, porque en verdad no profesó como filósofo estoico o cínico que podría haber aconsejado una respuesta a las provocaciones cristianas

2. Sinesio de Cirene, personaje al que conozco algo, pues mi tesina de licenciatura en Filología clásica versó sobre el “Dión”, una obra de este personaje. Sinesio pertenece al número de aquellas figuras históricas que por haber vivido entre el helenismo y el cristianismo atraen la atención, se afirma en la Patrología de Johannes Quasten citada en una nota anterior.

Nació en Cirene, actual Libia, entre los años 370-575, de padres paganos y ricos. Recibió educación primaria en su ciudad natal y luego fue enviado por sus padres a Alejandría para la educación superior. Allí, hacia el 391, frecuentó asiduamente junto con su hermano la escuela de Hipatia, que le inició en las matemáticas y astronomía, pero sobre todo en el amor a las letras y la filosofía neoplatónica.

Durante toda su vida conservó por su maestra una admirable devoción (la llamaba madre, maestra y filósofa). Mantenía con ella correspondencia, parte da la cual se ha conservado hasta hoy y ha sido publicada. Guardó por ella un enorme respeto; de entre las 156 cartas que se conservan de Sinesio, varias le están dirigidas y con gran afecto. Pero ciertamente no era cristiano en aquellos momentos como da a entender la película.

Amigo de la filosofía, visitó Atenas en busca de sabiduría, pero en aquella época no había en ella grandes filósofos, por lo que se retiró de allí afirmando que “la filosofía se había alejado de la ciudad”. En el año 399 los ciudadanos de la Pentápolis lo enviaron como su embajador a la corte imperial de Constantinopla. Volvió el año 402, tras haber conseguido que se rebajaran los excesivos impuestos que pesaban sobre su país. Marchó luego a Alejandría donde contrajo matrimonio con una cristiana ciertamente, pues fue casado por el patriarca Teófilo en persona, pero se duda si él o era todavía. Incluso hay algún que otro biógrafo de Sinesio que piensa que Sinesio aún no estaba bautizado cuando la gente lo eligió para obispo suyo.

Fue del siguiente modo: hacia los años 405-406 hordas de bárbaros asolaron el norte de África y atacaron la ciudad de Tolemaida, en la actual Libia, donde vivía. Entonces Sinesio actuó como general (siempre había sido buen cazador y guerrero) y repelió los ataques de los invasores. Hacia el 410 el clero y el pueblo de la ciudad lo eligieron como obispo precisamente como agradecimiento por la defensa, y al parecer sólo se bautizó antes de aceptar con grandes dificultades del cargo.

Guardó Sinesio, aun haciéndose cristiano, una enorme libertad intelectual, pues no consintió en aceptar el episcopado hasta que le permitieron expresamente seguir viviendo con su mujer (en la época los sacerdotes podían ser casados, pero los obispos, no). Incluso sostuvo en público posturas relativamente heterodoxas (como buen filósofo neoplatónico), como la preexistencia del alma antes de encarnarse en un cuerpo humano y la eternidad de la materia, es decir, el acto de la creación divina no fue “en el tiempo”, sino desde toda la eternidad. Por tanto Dios y materia coexisten desde siempre. Admitía con dificultad, como buen griego la resurrección de la carne, y pensaba que esa afirmación de Pablo debía sólo ser entendida alegóricamente.

De sus obras conservadas, que son discursos la mayoría de ellas y sus epístolas, hablaré tan sólo del “Dión”. Es un pequeño tratadito en el que expone la vida y obras del rétor u orador Dión de Prusa; defiende, en contra de Platón, la utilidad de la poesía y de la retórica dentro de la república, y expone sus puntos de vista sobre la filosofía y la vida sintiéndose profundamente platónico a pesar de todo, más amigo de la filosofía y cultura helénicas que del cristianismo, aborrece de los monjes, a los que considera bárbaros que desprecian la literatura; se siente alejado también de los sofistas, quienes buscan el dinero, el honor y la fama y no la verdad, y como buen filósofo prefiere en todo momento vivir conforme a la razón y ser dueño de sí mismo. El que escriba esto un amigo de los cristianos indica el estado de sanidad intelectual del paganismo en el siglo V.

Parece que su episcopado fue de gran éxito, pues gobernó con mucho sentido de la justicia. No se sabe cuándo murió, pero se cree que antes del linchamiento de Hipatia, pus ninguna carta suya está fechada más allá del 413.

Esta figura tan mesurada, serena y amante de las letras y de la paz casa un poco mal con la imagen presentada en la película de Amenábar, “Ágora”, en donde a fin de cuentas exige a Orestes, su antiguo condiscípulo y entonces prefecto imperial de Egipto, que se someta del todo a Cirilo.

Seguiremos
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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