Era las 6.15 de la mañana del penúltimo viernes de agosto cuando nos dispusimos viajar al Parque Nacional El Cusuco.
Las hojas de los árboles caían lentamente por una brisa mañanera que predominaba en la ciudad. Mi compañero y yo llegamos al punto de encuentro con las personas de Mesoamérica Travel y así una hora con 45 minutos después emprendimos una aventura inolvidable.
Los anfitriones del paseo nos ubicaron en un carro 4X4 para iniciar la ruta por el suroeste de la capital industrial y después de una hora con 27 minutos de pláticas, chistes y de envidiar el armonioso estilo de vida de muchas de las comunidades aledañas en la montaña El Merendón, arribamos a Buenos Aires, un lugar en el que habitan 450 personas.
Un letrero que decía "Bienvenidos al ecoalbergue Buenos Aires" fue nuestro recibimiento. Un bote de agua y unas gafas oscuras nos acompañaron para iniciar nuestra caminata por una pendiente y llegar al ecoalbergue edificado con materiales naturales.
Las flores de diferentes colores fue lo primero que vimos, pero el olor a café de palo fue lo que captó nuestra atención. Después de recorrer las cinco habitaciones dobles y observar que por sus ventanas se contempla un hermoso paraje verde nos dimos unos minutos para respirar el aire más puro de esta ciudad.
El estrés que causa el trabajo, las notas de la universidad, los problemas con los amigos y hasta el novio quedaron en el olvido. Nada más que esa montaña y quienes asistimos al viaje existía en el maravilloso centro de visitantes.
El bip de mi celular me distrajo; la batería estaba baja pero ese no era un problema, el lugar cuenta con energía solar y me fue fácil volver a mi vida diaria.
Fondo comunal
El olor a café rondaba en mi cabeza, pero no fue hasta que dos amables señoras nos invitaron a que fuéramos a la parte trasera del lugar, sin dudarlo lo hicimos. Allí nos esperaba una deliciosa experiencia, degustamos del humeante líquido acompañado de un sabroso pan de hacienda.
En las mesas, hechas de madera y cuidadosamente a mano, sobresalían las flores frescas, seguramente cortadas para alegrar aún más nuestra mañana.
Desde donde nos ubicaron podíamos disfrutar de los bosques de pino y de una inmensa diversidad de extraños y exóticos insectos. "¡Qué bueno que usamos repelente!", pensé.
En fin, después de "cargar energías" era el momento de volver a donde estaban los automóviles y prepararnos para recorrer cinco kilómetros y adentrarnos en el maravilloso mundo vegetal y animal que predomina en el Parque Nacional El Cusuco que cubre un área de 222.23 km cuadrados de El Merendón.
Decidimos ir en carro por el poco tiempo que teníamos, pero aprovechamos para platicar con el representante de la comisión de turismo, Carlos Alvarenga. "Este sitio lo construimos hace cinco años, recién lo modelamos y es un proyecto comunal", comentó.
La comunidad de Buenos Aires decidió unir fondos e ideas para levantar este proyecto. Usted puede pasar un fin de semana espectacular en esta aldea, el sitio está abierto todos los días del año. Usted puede arribar hasta la zona verde y hospedarse.
Le aseguro que lo único que escuchará es el murmullo de los grillos y el cantar de las ranas. La noche fría le ayudará a convivir plenamente con la familia y amigos. Las atracciones para los niños son infinitas.
Belleza vegetal
Antes de las 11.00 de la mañana ya estábamos en El Cusuco, declarado parque nacional en 1987 por el parlamento hondureño.
Los senderos: El danto, El quetzal, Las minas, El pizote, El jardín y Río Cusuco son las opciones que encontrará.
El jardín fue el que nos dispusimos a recorrer, sin duda alguna fue nuestra mejor opción, un hermoso quetzal con una cola formada por largas plumas color verde y azules iridiscentes, nos recibió. Durante el recorrido disfrutamos de orquídeas y de helechos arborescente.
Llegamos a una pequeña quebrada y aprovechamos para apagar nuestra sed. La mañana estaba fresca y cómo no si estábamos a 1,600 metros sobre el nivel del mar. Le invitamos a recorrer esta joya hondureña, pero sobre todo atrévase a hospedarse en el ecoalbergue, le garantizo que será una mágica experiencia.
Debe saber
1. Si usted viaja a este lugar debe hacerlo en un carro 4X4 pues la calle es rocosa.
2. Se sugiere que lleve zapatos cerrados, tenis o estilo burro.La ropa que use debe ser con la que más cómodo se sienta. Una sudadera también es recomendable.
3. El uso de repelente y bloqueador solar le servirá de mucho.
4. El ecoalbergue tiene cinco habitaciones dobles. La noche cuesta 150 lempiras o $ 10. En los tres tiempos de comida puede gastar un máximo de L 145. Para mas información llame al 9914-5775 y 9993-4486.
San Pedro Sula. ,
Honduras
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