Rafa Nadal quiere el trono de Roger Federer

Rafael Nadal levantará esta tarde su segunda gran copa de Wimbledon si mantiene contra el checo Tomas Berdych el mismo juego que le llevó a derrotar con contundencia a sus dos últimos y difíciles rivales, Andy Murray y Robin Soderling. Es algo que los anfitriones británicos no ponen ni un momento en duda. «Es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos en la cumbre de su juego», ha dicho la prensa inglesa, que considera que su encuentro de semifinales contra Murray fueron «probablemente los mejores tres sets de tenis que se han visto este año en Wimbledon y quizás en cualquier otro sitio». «Dios puede derrotarle, pero sólo si le sale un partido perfecto», ha escrito «The Times».

Nadal no ha querido aceptar esos elogios. «Sólo cuando termine mi carrera», según el tenista español, «será el momento de pensar en qué lugar estaré de la historia». De momento, yendo al aquí y ahora, lo que le interesa es hacer historia en Wimbledon, con la cuarta final que juega hoy y el segundo trofeo que podría unir al ganado en 2008.
Tras su entrenamiento de ayer, el balear insistió en que nadie puede subestimar a Berdych por el hecho de que nunca antes ha llegado a la final de uno de los grandes. Haber eliminado a Federer y a Djokovic es toda una tarjeta de presentación. «Ojalá le afecte el que nunca ha estado en una final, pero sinceramente no lo creo», manifestó.
Berdych es el primer checo en llegar a una final de Wimbledon desde Ivan Lendl en 1987. Desde las últimas rondas de este año en Roland Garros, donde llegó a semifinales, su juego se ha hecho cada vez más peligroso, consolidando con cierta solvencia su natural arrojo en la pista. Ello le ha situado hasta comenzar Wimbledon en el número 11 del ránking de la ATP, posición que mejorará sustancialmente tras la cita de Londres. Aunque a su juego le falta cierta inteligencia, Nadal advierte: «no hay otro oponente más difícil que él, pues ha ganado con claridad a todos sus oponentes». Es el último escollo antes de conquistar el trono de Roger Federer.