Óscar Cidanes, una nariz de campeonato

Óscar Cidanes ha demostrado ser el propietario de la mejor entre las buenas. Fue este fin de semana en el Campeonato Gallego de Sumilleres. El jurado utilizó los más variados mecanismos para poner a prueba la sapiencia vinícola (maridajes y demás links incluidos) de los seis profesionales que llegaron a la final. Puestos a plantear dificultades, incluso les hicieron enfrentarse a una carta plagada de errores. Pues ni así lograron pillar en falta a Óscar.

Son muchos años los que lleva entrenando la nariz como para que le pillen en un renuncio. Y eso que, teóricamente, lo suyo iba a ser la gestión empresarial. De hecho, fue por ese terreno por el que encaminó su formación universitaria. Pero sólo hasta que el mundo de la hostelería se cruzó en su camino.

Lo cierto es que, según cuenta, el gusanillo de la enología le había picado siendo bien joven. «Lo descarté para estudiar Empresariales», afirma. Claro que, al final, la vocación eclosionó con fuerza hace una década. La culpa, en parte, la tuvo su hermano Esteban, propietario del restaurante del mismo nombre en Mos. Necesitaba una mano derecha a su lado y pensó que ninguna mejor que la de Óscar.

Poco a poco, su pasión por el mundo del vino fue creciendo y creciendo. Su tarea en el restaurante le gustaba (y le gusta), pero no le parecía suficiente. «Quería dar un paso más», dice. Así fue como hace tres años nació De Tapa en Cepa (Ecuador, 18), uno de esos contados locales en lo que lo mejor es dejarse guiar porque los buenos maridajes están garantizados.

Para empezar, que no es poco, se puede chatear con más vinos que los consabidos Rioja y Ribera. «No sé por qué con tantas denominaciones como tenemos en España la mayoría de la gente se ciñe a dos o tres», dice. Este mes, por ejemplo, en su carta de recomendaciones figuran sendos vinos de Jumilla, El Bierzo y La Mancha, amén de un champán francés. Sí, también champán copa a copa, algo habitual en otras ciudades que también en Vigo terminará cuajando.

Cuenta Óscar que la filosofía que presidió (y preside) su establecimiento es hacer posible que la gente pueda disfrutar de buenos vinos a precios asequibles. El cartel que preside la barra resulta bien elocuente: «Como nos gusta más el vino que el dinero nuestro margen en cada botella oscila entre 3 y 5 euros. Esperamos poder soportarlo».

Aprovecho la charla con la mejor nariz de Galicia para pedirle unas cuantas recomendaciones. De las buenas, no de las prevaricadoras. En concreto para uno de los menús más tradicionales de la cena de Nochebuena. No tiene dudas: «Para el entrante de marisco un cava Raventos i Blanc o, si la economía nos lo permite, un champán Blanc de Blacns de Delamotte; para el bacalao con coliflor un mencía de la Ribeira Sacra, y para el asado, un Jumilla de Juan Gil del 2007 o un Quincha Corral del 2004». En los postres se impone un Oporto o un Pedro Ximénez si el ingrediente principal es el chocolate, o un moscatel para el resto de los dulces.

De las extraordinarias habilidades sensoriales que posee Óscar Cidanes volveremos a saber pronto ya que, como mandan las normas de la competición, nos representará en el campeonato nacional. Brindamos por anticipado por el resultado del futuro certamen.

Desde siempre, pero a partir de ahora un poco más. El objetivo de la recién estrenada dirección, capitaneada por David Villa, es hacerlo a través de la programación de distintas actividades culturales.

El primer paso en ese sentido lo dieron el pasado sábado, con la apertura de una exposición de pintura de Ana Padín. La respuesta del público no pudo ser mejor. Docenas de personas se dieron cita en el salón noble del parador, donde además del alimento cultural, no faltó tampoco el culinario. De hecho, si la obra de Ana Padín suscitó parabienes de la numerosa concurrencia, no se quedaron atrás los pinchos que preparó el equipo de cocina de la casa.

Nacida en Pontecaldelas, Ana Padín reside desde hace tiempo en Vigo. La pintura ha sido desde siempre su devoción, así es que roba todo el tiempo que puede a sus obligaciones (incluidas las laborales) para enfrentarse a sucesivos lienzos. A juzgar por el número de personas que se dieron cita el sábado en Tui, también debe de dedicar tiempo a otra devoción no menos importante, la de la amistad.