El esqueleto fue enterrado entre los años 2.900 a 2.500 antes de Cristo, y pertenecía a la cultura de la Cerámica Cordada, que tuvo sus inicios en la edad de piedra y culminó hacia la edad del bronce, llegando a ocupar gran parte del norte de Europa.
La particularidad de los restos es que fueron sepultados con la cabeza apuntando hacia el este, mientras el cuerpo estaba rodeado de utensilios domésticos, en un ritual reservado estrictamente a las mujeres de esta cultura. Los hombres por su parte, eran enterrados con la cabeza orientada hacia el oeste.
“Basados en la historia y la etnología, sabemos que la gente de este período se tomaba los rituales funerarios muy seriamente, por lo que es muy poco probable que este tipo de entierro haya sido un error”, señaló al diario británico The Telegraph la arqueologa Kamila Remisova Vesinova.
“Lo más probable en este caso es que se tratara de un hombre con una orientación sexual diferente. Un homosexual o transexual”, precisó.
/www.biobiochile.cl
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