Valleseco mima sus tradiciones

JESÚS MONTESDEOCA Dos fiestas por el precio de una. Eso han pensado en Valleseco y ayer hicieron coincidir los últimos actos de San Vicente Ferrer y los del Día de Canarias, con una afluencia que casi desbordó las previsiones. Cerca de 5.000 personas pasaron por La Laguna y pagaron el euro y medio que costaba la entrada al recinto, donde se sucedieron desde primera hora de la mañana exposiciones de ganado y de perros, concurso de arrastre, trilla, ordeñá, juegos infantiles en peligro de extinción, música popular y carreras de caballos. Otro reclamo era la posibilidad de dar un paseo en globo aerostático, pero el viento reinante a primeras horas de la mañana impidió las maniobras para elevar el aparato.


Este año se decidió cobrar una entrada simbólica para el mantenimiento de las instalaciones y hubo alguna queja, pero en compensación el aparcamiento era gratuito. Sin embargo, a mediodía ya había un largo atasco de coches y los últimos en llegar tuvieron que dejar el vehículo a muchos metros de distancia, incluso a más de un kilómetro. Francisco Rodríguez, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valleseco, explicó que este encuentro se ha convertido en los últimos años en el acto más concurrido de las fiestas de San Vicente, pues son muchos los que aprovechan para pasar un día de campo y comer por los alrededores.

Es el caso de Teresa Déniz, de Visvique, y de su amiga Guillermina Rivero, que acudieron con el traje típico y amenizaron la espera de las carreras de caballos con una guitarrilla hecha con una calabaza. "Vamos a todas las romerías que podemos y esta fiesta de La Laguna es una de las que más nos gustan, porque pasamos aquí el día entero", señala Teresa mientras intenta sacar unas notas musicales del curioso instrumento.

De la cercana localidad de Lanzarote acudieron Juan Claudio Domínguez, Manolo Quesada, José Pérez y Loli. Llegaron desde muy temprano para coger una de las mesas, que a mediodía ya estaba preparada con tortillas, huevos duros, papas arrugás, queso tierno, atún y unas botellas de vino.

Frustrada la posibilidad de observar el vuelo de los globos aerostáticos, las principales atracciones fueron el concurso de arrastre y las cinco carreras de caballos. También estuvo muy concurrida la exposición del presa canario, en la que participaron una treintena de perros, algunos de ellos llegados desde Telde, Vecindario y Mogán.

Teodoro Rosario, de Zumacal, mostró tres ejemplares que han conservado la línea genética de uno de los presas de la propia La Laguna que se utilizaron para recuperar esta raza de perros, de imponente presencia "pero muy fieles y nada peligrosos", según asegura el orgulloso dueño mientras juega con Tause, Tayso y Elbo, tres machos de entre uno y dos años.

Los chiquillos tuvieron diversión toda la mañana con infinidad de juegos, como el tejo, los boliches, el trompo, el palo canario o los carricoches de hojalata. Tras las carreras se hicieron pocas las mesas para comer y los bochinches para refrescar la garganta del fuerte calor y la polvajera de los caballos.