El arte de tallar madera de José de la Cruz

CHIRIQUÍ. El arte de tallar la madera es una pasión que vive José de la Cruz González desde pequeño, cuando estudiaba en la escuela primaria de Monte Lirio, en el distrito de Renacimiento.

Para sus primeros trabajos utilizaba cuchillas con las que dibujaba lo que quería hacer. A medida que iba avanzando, sus trabajos eran apreciados y elogiados.


En su afán de superarse ingresó al Colegio San Benito, en Volcán, ya que este plantel le ofreció la oportunidad para aprender algo de arte. Allí tuvo la gran oportunidad de viajar a Honduras en 1970, donde estudió arte plástico con una beca de la Embajada de los Estados Unidos.

La beca para estudiar arte en Honduras fue bien aprovechada y le dio nuevas experiencias al conocer grandes escultores y profesionales. Y aunque la tarea no fue fácil, su único deseo era aprender.

Mientras estudiaba, talló un escudo de Panamá en madera que luego regaló a la embajada de los Estados Unidos y aprovechó para solicitar a la representación diplomática la extensión de la beca para terminar sus estudios como profesor en Artes Plásticas en la escuela de Bellas Artes de Tegucigalpa, petición que le fue concedida. ‘Tuve la suerte de lograr mis sueños, pude terminar los estudios y luego me quedé dos meses más ayudándole a un profesor que era muy bueno en escultura’, recuerda.

Afirmó que el mismo profesor del Instituto de Bellas Artes, una persona muy ocupada, le preguntó si lo podía apoyar dando las clases en Bellas Artes, siempre y cuando el ministro de educación y extensión cultural lo permitieran.

‘Con gran suerte, durante dos años tuve la experiencia de dar clases de artes plásticas y así pude adquirir más experiencia’, afirmó el artista.

A su regreso a Panamá, volvió al Colegio San Benito de Volcán, esta vez como profesor impartiendo sus conocimientos durante seis meses.

Luego se le presentó otro reto, allá por 1976, cuando concursó por una nueva beca para estudiar escultura en piedra, mármol, vidrio y cristal en Italia.

La posibilidad de participar por esta beca se debió gracias a su experiencia en Honduras, donde tuvo que concursar frente a 120 expositores del continente y no era nada fácil porque había mucha gente buena en el arte o escultura.

‘Una vez en Italia, aprendí en la universidad nacional de este país, ubicada cerca en los límites entre Francia e Italia, en donde ningún momento fue desaprovechado, porque mientras estudia escultura en piedra y mármol, me dediqué a enseñar tallado en madera’, comentó.

Terminados los estudios en Europa, regresó a Panamá e intentó reintegrarse al Colegio San Benito de Volcán, pero no fue posible porque se le comunicó que su capacidad era superior al plan de estudio del plantel, situación que le dio mucha tristeza porque traía en mente muchas ideas de enseñar a su gente sobre el arte en madera.

Entonces, se decidió a instalar su propio taller, donde elabora desde pequeñas obras hasta importantes trabajos cuidadosamente terminados.
OVIDIO LORENZO
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