Rías Baixas moderniza diez bodegas para hacerlas más competitivas

La competitividad de las bodegas gallegas camina en una línea entre la profesionalización y la modernización. Para este último aspecto es necesario una mejora en la gestión y control de las mismas, una tarea que desde el pasado año ha llevado a cabo el Consello Regulador Rías Baixas de la mano del departamento de Organización de Ingeniería Industrial y subvencionado con fondos europeos.

Diez bodegas de mediano y pequeño tamaño de la DO han trabajado en este proyecto cooperativo que les hará más fuertes en el comercio internacional. «Estes sistemas de control son necesarios porque tanto os mercados e os clientes internacionales cada vez demanda productos que lle aseguren a calidade», explica el conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, en el acto de clausura de la jornada.

Los responsables del Consello Regulador aseguran que estas bodegas ya están preparadas para solicitar la normativa ISO 9000. La mejora atañe a todo el proceso productivo del vino tanto a nivel organizativo como productivo. Durante los casi doce meses que ha durado el proyecto tuvieron como hoja de ruta las normas y los planes de formación de la Escuela Superior de Ingeniería Industrial de Vigo para modificar desde la getsión del agua hasta el control alimentario y el autocontrol organizativo, tal y como explicó el director técnico del Consello, Agustín Lago.

«Las grandes superficies demandan esta certificación para que el gran comprador tenga seguridad de que se hace perfectamente», señala el presidente del Consello Regulador Rías Baixas, Ramón Meiriño, quien no descarta que esta iniciativa que este año incluyó a diez bodegas de la comarca pueda extenderse al resto de pequeños y medianos productores para potenciar su competitividad.

Apuesta por I+D

Al término de la jornada, Meiriño reiteró la importancia de seguir trabajando en este proyecto, al mismo tiempo que Samuel Juárez animó al resto de Denominaciones de Origen a apostar por I+D. «Son experiencias que se deben exportar a outras adegas xa que é un paso máis para reforzar o sistema vitivinícola de Galicia», recalcó, aunque no indicó el presupuesto que necesita esta apuesta por I+D.

En el otro extremo del proyecto está el catedrático director del grupo de Ingeniería de Organización, Carlos Prado, que aseguró: «El futuro pasa por extender este proyecto a otras bodegas y por la publicación de este documento que servirá de guía a muchas empresas». Las principales dificultades a las que se enfrentaron las bodegas fue a la resistencia al cambio de los trabajadores, el desconocimiento de la metodología de aplicación del sistema de calidad ISO y la necesidad de dedicar tiempo a integrar nuevos procesos en el trabajo diario. Generalmente se trata de empresas con pocos empleados. Una bodega media cuenta con una media de seis trabajadores.

Mejoras detectadas

Al término del proyecto, Carlos Prado detectó mejoras en los resultados presentados ayer ante los bodegueros participantes en el proceso de implantación de procedimientos de gestión y control. Entre los aspectos más destacados están en el sistema de trazabilidad (replantear lotes), la gestión de compra, que hasta ahora nunca se especificaban y el registro de no conformidades y establecimiento de acciones correctivas y preventivas. El sistema formativo sirvió para que las bodegas alcancen un nivel más alto de interactuación y en las sesiones aportaron conocimientos vinculados a diversos temas de interés, como la seguridad alimentaria o la gestión de residuos.