Torrevieja El Museo de Historia Natural abre sus puertas al conocimiento y a los niños

En Torrevieja, desde ayer, se pueden ver caballitos de mar, agujas, pintarrojas, rajas, doradas, mantelinas o águilas marinas. La sala de exposiciones de la antigua estación de Renfe abrió sus puertas reconvertida en Museo de Historia Natural de Torrevieja, un proyecto municipal que intentar ampliar la oferta turística de la ciudad, "haciendo especial énfasis en la comunidad educativa", destacaba ayer el gabinete de Comunicación del Ayuntamiento torrevejense
La muestra expositiva es el resultado del trabajo de los últimos años de la Conselleria de Medio Ambiente y de la Concejalía de Playas, que vienen colaborando en la recuperación de especies que el mar arrastra hasta la orilla. Algunos de estos jemplares, por su avanzado estado de descomposición, no se envían a la Universidad de Valencia para realizar la necropsia.
Los técnicos municipales han recuperado los esqueletos que ahora se muestran al público junto a cadáveres frescos que no interesaban por un motivo u otro a la Conselleria de Medio Ambiente.

Peculiaridades
El alcalde, Pedro Ángel Hernández Mateo, junto al edil de Medio Ambiente y Playas, Eduardo Gil Rebollo, y el concejal de Cultura, Eduardo Dolón inauguraron ayer este museo y conocieron algunas de sus peculiaridades de manos del biólogo municipal, Juan Antonio Pujol. Aquellos que se acerquen a conocerlo no sólo se van a encontrar con especies marinas porque el Museo de Historia Natural de Torrevieja integra otras secciones, como Mamíferos, Ornitología, Herpetología, Ictiología, Invertebrados Marinos y Malacología.
Los visitantes no pueden perderse los esqueletos de delfines mular y listados, las tortugas bobas, los invertebrados marinos, los rorcuales, las colecciones de nidos originales que han sido abandonados después del periodo de cría o la réplica de huevos de hasta 17 especies de aves propias.