‘Los símbolos absolutos’ del pintor Francisco Urquizo

Los símbolos absolutos es la nueva colección del pintor ambateño Francisco Urquizo. Los 24 cuadros que conforman la serie serán llevados a su ciudad natal y expuestos en la Municipalidad de Ambato, en junio próximo. Para la realización de esta muestra, el pintor cuenta que ha roto con las leyes de la perspectiva, de la cromática y de los colores, para dar cabida a una obra más transparente y que le dé la oportunidad al espectador de encontrar en ella su propio aprendizaje, su historia.


Según Urquizo, esta colección tiene un significado especial, puesto que es la complementación de su repertorio anterior, Los Arcanos Mayores: El Tarot, que será llevada a Pravia (España), de donde es oriunda su madre. Para el artista, Los Arcanos Mayores representan la energía femenina y Los símbolos absolutos, colección que reposará en la ciudad de las flores y las frutas, la energía masculina.

La importancia de este hecho para Urquizo es que las dos urbes se sitúan equidistantes en relación con el centro del cosmos, lo que, asegura, crearía un efecto de energía piramidal, comparado con la fuerza que producen las pirámides egipcias de Keops. La producción de “la buena energía” derivada de su arte, podría ayudar a crear un mejor ambiente dentro de aquellos lugares y del mundo en general, sostiene.

El artista afirma en base a ello que no pretende ‘buscar’ algo en sus obras, sino que intenta ‘encontrar’ aquello que su espíritu necesita, pues considera que de manera espontánea se puede hallar la propia verdad.

Él asegura que crea sus obras sin tener un esquema previo. Agrega que nunca interrumpe su trabajo y si es necesario estar muchos días pintando un lienzo, lo hace, apenas alimentándose y sin dormir. Además no cree en la inspiración, sino en el trabajo constante, capaz de resaltar la belleza y proyectar el amor que es el único elemento constante en toda la Creación.

La muestra tiene un tríptico que, según Urquizo, representa las tres modalidades de la naturaleza: la bondad, la pasión y el miedo, que junto a las otras obras en solitario, forman una de las muestras más significativas para el autor, poniendo así de manifiesto el único mandamiento que él considera que Jesús trajo al mundo: Sé feliz.