El torero Santiago Martín, El Viti, premio Castilla y León de las Artes

El torero Santiago Martín, 'El Viti', ha recibido el Premio Castilla y León de las Artes, fallado ayer en Valladolid. Es la primera vez que un matador de toros entra en la nómina de distinguidos con este galardón, instituido en 1984 y en el que figuran pintores, escultores y músicos.
Castilla y León, cuna de toreros de relumbre y solar de históricas ganaderías, eleva así a la categoría de arte una tradición, un hábito y una costumbre que forma parte del acervo de esta comunidad autónoma donde en el 2009 se celebraron un total de 2.553 espectáculos taurinos de diversa índole. El jurado destacó «la maestría convertida en constante reivindicación» que del arte del toreo realizó El Viti y del que «siempre se ha mostrado un defensor inigualable».
El torero expresó su agradecimiento por recibir un premio que a su juicio tiene «muchos merecedores». A punto de cumplir medio siglo de su alternativa, El Viti explica que «cada uno hemos hecho un sentido de nuestra vida. En mi caso, el toreo para que se emocione el público, al igual que han hecho los grandes poetas o los grandes pintores».
Cerca de dos décadas, las comprendidas entre 1961 y 1979 -años de su alternativa y de su retirada definitiva-, se mantuvo como figura el diestro nacido el 18 de julio de 1938, en Vitigudino (Salamanca). Es de esta localidad de donde toma su nombre artístico, El Viti, que paseó en los carteles de las más importantes ferias de España, Francia e Hispanoamérica.
Cerca de un millar de festejos acumuló a lo largo de su trayectoria este matador de toros que hasta la fecha pasa por ser el que más veces ha abierto la puerta grande de Las Ventas, en Madrid. El Viti desarrolló un concepto clásico del toreo: serio y profundo, austero y propio de la denominada Escuela Castellana de la que formó parte y fue uno de sus mejores intérpretes.
Paseo por el campo diario
El torero salmantino manifestó ayer que el premio le emociona aún más de lo que cabría imaginar porque se lo dan «al mundo del toro» y a las familias que viven de el, en unos momentos difíciles. El Viti reconoció sentirse «un poco abrumado» y a la vez «contento» y también nervioso, por no estar «acostumbrado» a «estas cosas». El diestro continuó con su rutina y con el teléfono móvil apagado salió como cada día al campo charro, una pasión a la que ha dedicado su vida, ya que cuenta con cientos de corridas a sus espaldas hasta que en 1974 decidió retirase de los ruedos. Aunque explicó que a lo largo de esos años «siempre ha habido momentos señalados», manifestó que éste premio lo recordará también como «especial», porque afirmó, con humildad, que no lo esperaba. Llega en un momento, añadió, en el que llevaba una vida profesional «pasiva», por lo que le ha «marcado aún más».
Otro de los momentos que recordó con más cariño es el día de la alternativa y también la emotividad de sus 'salidas a hombros' por las puertas grandes de muchas plazas, entre ellas la de Las Ventas. Asimismo, destacó que se ha sentido querido por Salamanca, su tierra y el lugar donde vive junto a su familia y amigos, que ya le han mostrado su cariño y alegría por recibir este reconocimiento, que para él tiene también «parte de responsabilidad».
Santiago Martín Sánchez nació en 1938 en Vitigudino. Debutó con picadores en Ledesma en 1957 y se presentó en Las Ventas en 1960. Allí tomó la alternativa un año más tarde con Gregorio Sánchez como padrino y Diego Puerta de testigo, cuando cortó una oreja a cada toro y salió por la puerta grande.
Aquella temporada toreó 60 corridas en las principales ferias y se situó en los primeros puestos de su profesión, en los que permaneció a lo largo de toda su carrera. En el año 1962 logró un apoteósico triunfo en la Feria de San Fermín, y en la siguiente temporada toreó 73 corridas y viajó a tierras americanas. Durante la campaña española de 1964, se vistió de luces en 77 ocasiones.
En 1965 le concedieron la Oreja de Oro en la plaza México. Durante las campañas del 66 al 70 continuó su carrera con una media de más de 60 corridas por temporada. En 1971 anunció su retirada, aunque regresó a los ruedos en la campaña de 1973, participando en 62 funciones y con numerosas tardes de triunfo. En la temporada de 1974 decidió apartarse nuevamente de los ruedos, aunque regresó en 1976. Ese año y el siguiente participó en 53 corridas. En 1978 toreó en 46 funciones y en la última, en Talavera de la Reina, un sobrero le cogió violentamente, aunque su arriesgada actuación fue premiada con los dos apéndices que corta al toro, a los que hay que sumar otras dos orejas y el rabo. A finales del 1978 toreó en Colombia, Venezuela y Ecuador. La campaña de 1979 fue la última de su carrera, con éxitos importantes en la Maestranza, en Valencia, Barcelona y Málaga.