La pintura no siente la crisis porque vive siempre en ella»

Zenaida Pablo-Romero es una pintora atípica, o quizás no. Simplemente hablar, confiesa, le cuesta mucho más que expresarse con los pinceles. «Este es mi medio-afirma- y por eso lo uso con más facilidad».
Acaba de inaugurar la exposición «Recuperar los cielos», su primera muestra individual en cuatro años que se ha abierto al público en la galería Isabel Ignacio.

«Empecé a trabajar y por alguna razón se me iba la mirada al cielo. Llevo con esto bastante tiempo, los primeros cuadros son de 2008. No sé porqué terminé haciendo cielos, pero quizás porque las circunstancias políticas están muy locas y no me gusta lo que está pasando y la excusa era mirar al cielo y evadirse un poco».
Su anterior etapa de abstracción más rígida y radical ha quedado aparcada, «lo de antes, como lo actual, responde a una necesidad. Ahora he querido recuperar antiguos temas y quizás un poco también la figuración».
Para la pintora, exponer es difícil, «echando mano a mi apellido, siempre digo que ponerte en los ruedos es complicado. Cada vez cuesta más trabajo, la gente te va conociendo y exigiendo y tú también te exiges a tí misma». Confiesa que le da miedo exponerse ante el público, «a mí por ejemplo, me horroriza que alguien venga al estudio cuando trabajo. Yo requiero siempre intimidad, y si alguien ve lo que hago, me influye, porque su opinión pesa en mí y tienen otra mirada que te hacen mirar de otra forma».
La visión del público varía, «a veces está un poco lejos. Hay gente que ve tu obra y dice: «esas son las cosas de los pintores», o «yo no sabía que tú pensaras tanto», se sorprenden. Creen a veces que tu obra es más ligera, y no, todo tiene su proceso», dice.
No le tiene miedo el lienzo blanco, «es lo que más me puede gustar, no me agobia nada. Lo que sí me parece más difícil es trabajar sobre algo hecho». Y tampoco cree en el término de «pintura femenina», aunque sí piensa que su forma de pintar es más dura y más fuerte que la de otras artistas mujeres, «pero sobre todo mi pintura siempre es sincera».
En cuanto a la crisis actual, tiene su particular análisis: «nosotros tenemos suerte, la pintura no siente la crisis porque vive siempre en ella. Ni lo notamos. En Sevilla siempre hemos vivido los pintores en crisis. No tenemos mucho que perder. A lo mejor ahora se encierra uno más en el estudio y se saca más partido. Ha habido una época en la que el marketing ha acabado con el arte, y eso a mí me ha creado mucha angustia, no me gusta vivir así. De ahí el título de la exposición, no sólo quiero recupera los cielos, sino también valores y sentidos perdidos», anuncia la artista.
MARTA CARRASCO. SEVILLA