El arte abstracto de María Catalán

IBIZA | N. G. G. Una treintena de pinturas sobre hierro, tela o madera y cinco esculturas de distintos tamaños componen la muestra de arte abstracto de María Catalán que se inauguró en el Espacio Micus, donde permanecerá hasta el mes de julio, detalló ayer Katja Micus, directora de arte y responsable de esta galería.

La exposición, que ya estuvo en el Museu de Menorca en 2007 y en el Casal Solleric de Mallorca en 2008, llega a Eivissa para disfrute de los seguidores de la artista, muy conocida en la isla, donde lleva asentada más de veinte años, explicó Micus.

Las pinturas de distintos tamaños que componen esta muestra tienen, como novedad respecto a trabajos anteriores, el uso de colores como el rojo o el azul, dijo Micus, quien detalló que, respecto a las formas, no se aprecian muchos cambios.

En cuanto a las esculturas, la responsable de la galería indicó que se exponen dos grandes y tres pequeñas, al tiempo que recordó que el Espacio Micus cuenta en sus instalaciones con una escultura realizada por esta artista.

La hija del fallecido Eduard Micus recordó que Catalán, natural de Castellón, trabajó durante muchos años como asistente de su padre, con quien hablaba de arte y con quien pudo experimentar y descubrir materiales con los que trabajar. Aunque según Micus su padre influyó en la obra de Catalán, la evolución de la artista pone de manifiesto que ha encontrado su propio camino. «Trabaja mucho y le gusta mucho pintar», resaltó.

Hace alrededor de tres o cuatro años el Espacio Micus ya acogió otra muestra de María Catalán. Según la responsable de la galería, ella creció con el arte abstracto y por eso es este tipo de trabajos los que suelen verse en la sala de exposiciones que diseñó su padre.

La carrera artística de Catalán cuenta con una amplio recorrido en exposiciones individuales y colectivas. Desde 1990 ha mostrado sus obras en distintas galerías de Alemania, fundamentalmente, y Francia, además de haber recorrido distintas salas de exposiciones de Balears y, por supuesto, de Ibiza.

Además de las pinturas y esculturas de Catalán, la galería también exhibe desde hoy una colección de huevos de madera con piezas adquiridas por Katja Micus a lo largo de más de veinte años.

«La gente me dice que exponga, que tengo cosas raras que enseñar», comentó la propia Micus, quien señaló que cuando se da cuenta de que tiene tres o cuatro objetos similares se decide a iniciar una colección.

En esta ocasión, podrán verse alrededor de 70 huevos. La mayoría son de aquéllos que se utilizaban antiguamente para coser –alguno de cristal y en su mayoría de madera, bien con el color original o bien pintados–.