La belleza del hielo y la nieve en el suelo

Después de ser presentada en Aguilar de Campoo, llega a la sala de Caja Laboral de Palencia la exposición 'Mirando el suelo: un paseo de hielo y nieve por Aguilar de Campoo. Enero 2009'. Un título largo que aporta mucha información sobre el contenido de las fotografías expuestas. Nuria Estalayo ha retratado, según especifica la segunda parte del título, el hielo y la nieve que cayó en Aguilar de Campoo en el primer mes de año pasado.

Y respecto a la primera parte, la autora indica la perspectiva de las imágenes, a vista de pájaro, mirando el suelo a través del objetivo de su cámara, aunque quien decide lo que hay que mirar es ella, y lo que observa son las formas que producen el hielo y la nieve a ras de la tierra.
En el lenguaje cinematográfico se denomina también a esta perspectiva una imagen en picado, que permite tener una visión de la escena.

En ese caso, lo que se observa en esta exposición es una serie de superficies y planos fragmentados, que configuran formas caprichosas, en las que la curva adquiere un gran protagonismo, o geométricas, donde la línea está perfectamente delimitada.

Al fin y al cabo, el hielo es la fase final de la solidificación del agua cuando, buscando los recovecos para moverse, es alcanzado por las bajas temperaturas. Y ese moverse por el suelo le lleva a crear interesantes formas caprichosas.
La colección gira en torno al color gris y al blanco, con una gran riqueza de tonos, especialmente en el primer color. La propia materia del contenido así lo obliga, pero el resultado es impactante, por la sensación de texturas que ofrecen las imágenes, sobre todo las de hielo, compactas y vigorosas.
Cada fotografía tiene su atractivo, su encanto por sí misma, independientemente de que en su conjunto constituyen fragmentos de un todo en el gélido pavimento aguilarense, construido en ocasiones con adoquines, que permiten trazar un guiño a la forma geométrica. O en lugar del pavimento, las heladas aguas del Pisuerga, que dejan entrever las ramas que se han bloqueado en el interior del cauce, y que a la vista del público se transforman en una neblina invernal, de reminiscencias románticas. Poesía, en definitiva, de la imagen, y también de la palabra, a través de esos sugerentes títulos en segunda persona -'Te adoro', 'Te pienso', 'Te espero', salvo uno en primera persona, 'Me entrego', del ciclo del río Pisuerga-, que evocan una invitación a compartir la belleza y el espíritu de estas fotografías. Una serie original, coherente, atractiva y sugerente, porque cada imagen es potencialmente interpretable. Además, el resultado estético es otro valor añadido de estas fotografías del invierno aguilarense, duro para sus habitantes y hermosa fuente de inspiración para Nuria Estalayo.